Subjetividad de la Época

Subjetividad de la Época
Ernesto Perez

"No hay otro tiempo que el que nos ha tocado"
Serrat
Significantes Amos que nos determinan. Que nos arrastran a una forma de gozar es decir de sufrir.
¿ideologías?: las ideas de la conciencia individual y del imaginario social,
¿los episteme?: conocimientos que los filósofos marcan como el filo de lo discontinuo en un período.
Mentalidades que la historia construye en un momento dado. Aquello que permanece y perdura en un tiempo y que conforman una época, del griego "epéchein": lo que continua, lo que persiste...

Pero " es verdaderamente contemporáneo, aquel que no coincide perfectamente con éste ni se adecua a sus pretensiones y es por ende, en ese sentido, inactual; pero justamente por eso, a partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es más capaz que los otros de percibir y aprehender su tiempo”. “Contemporáneo es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no sus luces, sino sus sombras. Todos los tiempos son, para quien experimenta su contemporaneidad, oscuros.” Giogio Agamben

Morir es un arte,
como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
Silvia Plath


viernes, 6 de diciembre de 2013

Bengalascinco

Cinco bengalas cinco
estrellaron el cielo
luciérnagas brillantes,
solo vidas fugaces
cinco bengalas cinco
con su fuego sagrado...
 encendieron sus alas...
 mostraron sus heridas
 cinco bengalas cinco
 apagaron sus luces
 cerraron sus encantos...
 solo quedó la noche
 violenta y asesina

Ernesto Pérez 

viernes, 18 de octubre de 2013

Celan y Heidegger: diálogo en el silencio


Para los Presocráticos, la poesía y la filosofía eran lo mismo. Las conjeturas cosmológicas y las argumentaciones eran expuestas en verso. El problema comenzó con la discriminación categórica que hizo Platón entre “las verdaderas funciones” del discurso filosófico y la pedagogía, por un lado, y la ficción, incluso irresponsable, a la que la poesía y sus rapsodias eran inevitablemente propensas, por el otro. El sentido inicial de armonía entre la filosofía sistemática y la expresión poética nunca ha estado por completo perdido. Se manifiesta en los escritos de Lucrecio, Pope o Voltaire. Repetidas veces, en sus diarios y cuadernos de notas, Wittgenstein expresa el deseo de que sus intuiciones filosóficas pudieran encontrar una articulación adecuada en poesía (Dichtung). Pero el vínculo ha sido cada vez más incómodo. Grandes maestros de la filosofía, como Descartes o Spinoza, hablan por muchos filósofos cuando sugieren que el ideal del análisis filosófico debiera ser el de las matemáticas o el de la abstracción sin compromiso de la lógica. Mallarmé (lector atento de Hegel) replicaba con agudeza que la poesía está hecha de palabras, no de ideas.
 
En el contexto del siglo XX, el encuentro más fascinante y productivo entre la filosofía y la poesía es el que se dio entre Paul Celan y Martin Heidegger. Ha sido objeto ya de una extensa literatura suplementaria...
Ante los hechos, no hay duda. Celan estableció contacto con la obra de Heidegger en 1948.
 
El intermediario parece haber sido Ingeborg Bachmann, con quien Celan mantenía una relación cercana. La tesis doctoral de Bachmann tuvo por tema “la recepción crítica de la filosofía existencial de Martin Heidegger”. De 1952 en adelante, Celan leyó y anotó un buen número de textos decisivos de Heidegger: Ser y tiempo, Introducción a la metafísica y Arte y poesía entre ellos. Los comentarios a Hölderlin, Stefan George y Trakl llamaron especialmente su atención. Por su parte, Heidegger se había percatado del desarrollo de Celan y de su ya controvertida importancia en la poesía alemana. Después de un angustioso titubeo, y en respuesta a la presencia de Heidegger en una lectura de sus poemas —gesto extremadamente raro en Heidegger— Celan accedió a visitar el célebre retiro del filósofo en la “cabaña” de Todtnauberg, cerca de Friburgo. Este encuentro tuvo lugar a finales de julio de 1967. Se reunieron dos veces más, en junio de 1968 y en marzo de 1970 (de nuevo Heidegger había asistido a una de las últimas lecturas públicas de Celan). Fueron pocas las cartas que intercambiaron, y son todavía menos las que parecen haberse conservado.
 
Esto es todo, y cuán escaso es. No obstante, los comentarios, interpretaciones y conferencias con respecto a la relación entre el pensador y el poeta se han multiplicado rápidamente. Ahora inundan una academia parásita y la industria del periodismo. Numerosos “testigos” afirman haber escuchado tanto a Celan como a Heidegger debatir entre sí sus juicios e impresiones. Tomando en cuenta lo casi patológicamente reservado que era Celan, incluso con sus pocos amigos íntimos, y la arrogante cautela de Heidegger, tales afirmaciones son en su mayoría, autocomplacientes.
Lo que nos deja perplejos es que Celan haya estudiado con mucha intensidad las obras de Heidegger y que los dos autores se hayan conocido.
Por su parte, Heidegger encarnaba no sólo aspectos ciertamente complejos y heredados del nazismo, sino la orgullosa convicción de que el alemán, la lengua de Kant, Schelling y Hegel, podía por sí sola (junto con el griego antiguo) exponer y transmitir el pensamiento filosófico de primer orden. El patrimonio hebreo en la cultura occidental, tan vital para Celan, jugaba un papel casi inexistente en las fuentes de Heidegger. La Selva Negra, la cabaña, la vestimenta rústica de Heidegger, habían llegado a simbolizar casi todo lo que aterrorizaba a Celan. Significaban el renacimiento potencial de la barbarie teutónica que obsesionaba a Celan, y que, gracias a las difamaciones esparcidas por Claire Goll acerca de su trabajo, lo condujo al borde de la locura. ¿Cómo aventurar una manera de medir la indudable empatía entre estos dos hombres o entre estas dos obras?
 
La influencia de Heidegger ya había penetrado en el pensamiento francés a lo largo de la década de los cuarenta. En diversos sentidos, Ser y tiempo fue considerado fundamental por Levinas, por Sartre y, más tarde, por Derrida. Jean Beaufret se volvió el portavoz del maestro. Durante la década pasada, y a pesar de la evidencia adversa, la guardia pretoriana francesa se agrupó en torno a la reputación política y humana de Heidegger. Hadrien France-Lanord es, con mucho, miembro de esta camarilla protectora y apologética. Por consiguiente, su tratamiento de la figura total de Heidegger, sin duda compleja, raya en el escándalo. Según él, la relación de Heidegger con el nazismo fue un breve “error”, esencialmente finiquitado y enmendado por su renuncia a la rectoría de la Universidad de Friburgo después de diez meses decepcionantes. Al cabo de lo cual, su permanencia fue una resistencia estoica, un esfuerzo incomparablemente profundo y clarividente por comprender al nazismo como un elemento de la enorme catástrofe del nihilismo occidental y de la tecnocratización. En el fondo, Heidegger nunca “olvidó su falta” pero eligió integrarla dentro de una crítica del destino del Ser, con lo cual el suyo fue un entendimiento único, profético. Los detractores de Heidegger son charlatanes malévolos o ideólogos contaminados con obsesiones radicales pro semitas.
 
Esto, por supuesto, es evadir o falsear lo obvio. Los pronunciamientos de Heidegger sobre el Verjudung, la “infección del judaísmo” en la vida espiritual alemana, son anteriores a la ascensión de Hitler al poder. Los discursos que pronunció en 1933 y 1934 elogiando al nuevo régimen, su trascendente legitimidad y la misión del Führer, perduran en la ignominia, así como la decisión de Heidegger de reimprimirlos — orgulloso de su integridad— en una edición de 1953 de su Introducción a la metafísica, la famosa definición de los altos ideales del nacionalsocialismo. Otra máxima, aún más célebre, ocurrió en una de las lecturas que Heidegger pronunció en Bremen en 1949. Equipara la masacre de seres humanos (Heidegger evade tímidamente la palabra “judíos”) con la agricultura en serie y la tecnología moderna. Como la entrevista publicada por Der Spiegel en 1966 deja en claro, Heidegger simplemente no estaba dispuesto a expresar cualquier opinión directa sobre el Holocausto o sobre el papel que él desempeñó en el miasma retórico y espiritual del nazismo. Era un silencio formidablemente astuto. Permitió a Lacan declarar que el pensamiento de Heidegger era “el más encumbrado del mundo” e hizo posible que Foucault basara su modelo de la “muerte del individuo” en el “post humanismo” heideggeriano.
 
No se trata necesariamente de valoraciones equivocadas. Sobre todo porque cada vez más el pensamiento de Heidegger apuntala el desarrollo de la filosofía moderna. El post estructuralismo, la deconstrucción —Derrida habla conmovedoramente de que Heidegger lo “ampara”— y el posmodernismo son variaciones, incluso artificiosas, de la colosal obra de Heidegger. “Heidegger es, por supuesto, incomparable”, enseñaba en sus clases Leo Strauss, a la vez que prohibía mencionar el nombre de Heidegger en su seminario. El asunto sigue siendo inmensamente complicado. Sin duda hay vulgaridades y omisiones en muchas de las violentas embestidas “liberales” con que se ataca la reputación de Heidegger. Las líneas que relacionan su “nazismo privado”, una brillante definición a la que llegaron las autoridades de Berlín a finales de 1933, con los argumentos ontológicos actuales y con las revisiones de Aristóteles y Kant, todavía no han sido ventiladas con una precisión responsable. En lo que no hay duda es en la gravedad del caso, en lo profundo de las implicaciones de Heidegger en la catástrofe alemana, o en las tácticas de evasión con las que se aseguró su estatus después de 1945 y en que se erigió su encumbramiento global. Los sofismas de France-Lanord en su Paul Celan et Martin Heidegger le hacen flaco honor a Heidegger.
 
Paul Celan sin duda estaba consciente de la afiliación nazi de Heidegger, a pesar de que muchos detalles (como por ejemplo que mantuvo su tarjeta del partido hasta 1945 o su postura contra Husserl) sólo emergieron después. Al filo de la locura por su cercanía con la sobrevivencia y el recrudecimiento del nazismo y el antisemitismo, propenso a romper incluso con los conocidos más íntimos ante cualquier insinuación de odio hacia los judíos o de apologías teutónicas, Celan, no obstante, se mantenía inmerso en los trabajos fundamentales de Heidegger. Cuando René Char, el gran poeta francés y líder de la Resistencia, le dio la bienvenida a Heidegger, el gesto fue de fascinación anárquica y carismática reciprocidad. Char no sabía alemán; Heidegger hablaba poco francés. Ambos reverenciaban a Heráclito y la luz del sol. El compromiso de Celan era de una profunda y amenazada intensidad. Volvía a la lengua alemana. Lo que Celan encontró en Heidegger fue una centralidad lingüística y un radicalismo, en muchos sentidos por completo opuestos a los suyos, pero aún así afines. Nadie después de Lutero y Hölderlin había reconstruido la lengua alemana como lo hizo el autor de Ser y tiempo. Nadie había tratado de abrir los recursos lexicológicos y gramaticales del alemán, de extraer de una herencia infernal las potencialidades de verdad y renacimiento, como lo hizo Celan. Casi fatalmente, incluso de maneras que por momentos se mantienen oscuras e impenetrables, sus caminos opuestos estaban destinados a encontrarse.
 
Como John E. Jackson ha observado en su traducción al francés de Poèmes de Paul Celan, la deuda que el poeta tiene con ciertas innovaciones lexicológicas y sintácticas de Heidegger es indiscutible. Jackson muestra sutilmente cómo sus validaciones de las formas verbales, de los adjetivos y de los adverbios inspiraron a Celan, así como la técnica de Heidegger —a menudo violenta— de separar al alemán de sus “raíces” arcaicas, de hundir los respiraderos de la etimología en lo que él consideraba revelaciones perdidas mucho tiempo atrás. Si bien Hölderlin era una fuente compartida, fueron los neologismos a menudo arbitrarios de Heidegger y sus construcciones paratácticas los que dieron lugar a muchos de los experimentos de Celan. Esto es casi completamente cierto en Meridian de Celan, su celebrado manifiesto poético moral en ocasión de haber recibido el Premio Büchner. La “antífona”, si así puede llamarse, es de Heidegger.
 
Como lo muestra la inspección minuciosa de France-Lanord a los subrayados y las anotaciones que Celan hizo en los márgenes de los textos de Heidegger, somos testigos de una de las colisiones o conjunciones supremas entre la poesía y la filosofía en el pensamiento occidental (un fenómeno exquisitamente “triangular” si tomamos en cuenta las inspiradas traducciones que Celan hiciera de Char). Si la cita es confiable Celan, poco antes de su muerte negó la famosa obscuridad de Heidegger, tal y como había negado la de sus propios poemas. Por el contrario, al volver a sus raíces, restituirle su sobrenatural, primordial energía a cada palabra e incluso a cada sílaba, Heidegger había restituido al lenguaje “su translucidez, su claridad” (“sa limpidité”). Celan concuerda con el énfasis de Heidegger en que las funciones del lenguaje son “nombrar” (tropo Adánico) y “develar” (aletheia). A pesar de que su “visibilidad” fenomenológica fuera crucial (das Reden Sehenlassen), como subrayó Celan en su ejemplar de Ser y tiempo, la audición, la capacidad de escuchar lo que está ocurriendo dentro del lenguaje, que “trasciende la utilidad humana de la comunicación”, puede ser más importante. Celan subraya en la Introducción a la metafísica de Heidegger, la preeminencia del lenguaje sobre lo que éste designa: “Es en la palabra, en el decir, que las cosas cobran existencia”, una paráfrasis virtual de Mallarmé. En “Y para qué poetas”, Celan subrayó el credo fundamental de Heidegger: “El lenguaje es el santuario (el templo), es decir, la casa del Ser [...] Y porque es la casa del Ser, el paso constante a través de ella hace que alcancemos aquello que es". Y en Carta sobre el humanismo, Celan elige enfáticamente la que bien podría ser la máxima de su propia poética: “El lenguaje es el adviento encubierto-iluminado del Ser en sí mismo”.

Tanto en Heidegger como en Celan está implícito un post —o quizá un pre— humanismo. Heidegger argumentaba que el hombre aún no ha empezado a saber cómo pensar, cómo comprender una sociedad de consumo en masa, inevitablemente tecnológica, al borde del nihilismo. Para Celan, la Shoah (el Holocausto) había puesto en inevitable cuestionamiento el papel del hombre, la posibilidad de cualquier recuperación posible de su humanidad. Mucho antes de Foucault, el ontólogo y el poeta ponderaron el eclipse del sujeto en primera persona. La expresión de Celan, casi seguramente en deuda con uno de los más controvertidos neologismos de Heidegger, no admite traducción ni paráfrasis: "Eins und Unendlich,/ vernichtet,/ ichten", donde la decisiva ambigüedad de ichten (“llegar a ser yo”) hace eco al famoso Nichten de Heidegger, “la nada en acción”. Igualmente para ambos, como France-Lanord señala, es el valor del silencio en una sociedad histerizada por el ruido, el chismorreo y la basura periodística. La imagen de Celan es asombrosa: “Atardecer de las palabras, buscador de manantiales en el silencio”. Heidegger se refiere a lo mismo cuando asevera, repetidamente, que sólo puede ocurrir cualquier intento real de pensamiento en la vía del silencio (subrayado de Celan). Y cuando Heidegger escribe que nadie puede comprender la magnitud en la que el lenguaje sólo “se concierne a sí mismo”, en que extrae sus revelaciones del silencio, está sentando directrices esenciales para Meridian de Celan y para la aún desafiante interioridad de sus últimos poemas.
 
Estos cabos sueltos se juntaron en un amasijo en “Todtnauberg” el 25 de julio de 1967. Por extraño que parezca, Heidegger apenas se enteró del judaísmo de Celan, a pesar de que le habían informado del asesinato de sus padres. Por su parte, Celan estaba en un estado extremo de estrés psicológico, entremezclado con destellos de energía creativa que seguramente eran de naturaleza maníaca. Por mucho tiempo se creyó de que Celan se alejó de Heidegger devastado por el silencio de éste. La esperanza de extraer “una palabra pensante/ el origen de una/ palabra/ en el corazón” había resultado vana. Sólo la oscuridad permaneció de ese paseo compartido a través de los fangosos caminos de la ciénaga, donde los términos Knüppel (garrote) y Moor (pantano) cargan ecos asesinos específicos de los campos de concentración. De ahí en adelante, las cosas se volvieron más opacas. Las cartas que Celan le escribió a su esposa y a su amigo cercano Franz Wurm describen el encuentro como positivo y “completamente claro”. Al contrario de los rumores, el contacto entre los dos no cesó por completo. Al recibir el poema “Todtnauberg”, Heidegger respondió calurosamente en una carta fechada el 30 de enero de 1968. Aquel día en la Selva Negra había sido “vielfalting gestmmt” (“pleno de sensibilidad”). Después de eso, Heidegger pronunció una de sus frases supremas: “Seitdem haben wir Vieles einander zugeschwiegen” (“Desde entonces, es mucho lo que nos hemos dicho en silencio el uno al otro, en silencio mutuo”). Por su parte, Heidegger escribió el “prefacio” en verso a uno de los más discutidos poemas de Celan. Esta introducción sólo fue publicada en 1992 y las circunstancias de su origen permanecen en cierto modo oscuras. Si nos apegamos al texto, Heidegger reitera su creencia de que las palabras ni designan ni significan, sino adquieren valor en esa inmaculada singularidad (“reiner Eignis”) en la que existe la respiración del silencio.
 
Como anoté arriba, la literatura secundaria generada por este encuentro y el poema de Celan es voluminosa. Consiste, a grandes rasgos, de rumores y conjeturas, a menudo oportunistas o incluso falsas. El uso por parte de France-Lanord de testimonios inverificables, en ocasiones sospechosos, de la concordancia entre el mago y el poeta, entre el “niño de Auschwitz” y el rector de la Universidad de Friburgo con una svástica en el ojal, constituyen argumentos a menudo resbaladizos.
 
Anotando el volumen de Conferencias y ensayos de Heidegger, Celan había subrayado con doble línea la propuesta de que la poesía y el pensamiento —la frase talismánica del alemán “das Dichten und das Denken”— sólo se unen cuando cada uno preserva su ser distinto. Para Heidegger, la poesía suprema, que es la de Sófocles y la de Hölderlin, revelaba y a la vez ocultaba la inmediatez del ser del lenguaje, lo cual ni el más penetrante discurso filosófico podría igualar ni parafrasear exhaustivamente. Si bien en "Todtnauberg", la desilusión de Paul Celan subyace incluso más profundamente que cualquier tragedia personal o circunstancia política. Sugiere la imposibilidad de cualquier diálogo amplio entre el lenguaje del poeta y el del pensador, aún cuando están en la cúspide de su respectiva verdad. Ningún “voyeurismo biográfico”, como asienta Hadrien France-Lanord, podrá agotar las connotaciones de ese fallido, indispensable diálogo o “anti-diálogo” de un día de verano.
 
Hay mucho de valor en esta monografía, gran cantidad de material por el cual estar agradecidos. Pero caveat emptor (cuidado).

George Steiner

Publicado en The Times Literary Supplement, 1º de octubre de 2004

martes, 1 de octubre de 2013

“Dios no murió. Se transformó en Dinero"


Para entender lo que está pasando, es necesario tomar al pie de la letra la idea de Walter Benjamin, según el cual el capitalismo es, realmente, una religión, y la más feroz, implacable e irracional religión que jamás existió, porque no conoce ni redención ni tregua. Ella celebra un culto ininterrupto cuya liturgia es el trabajo y cuyo objeto es el dinero. Dios no murió, se tornó Dinero. El Banco – con sus funcionarios grises y especialistas – asumió el lugar de la Iglesia y de sus sacerdotes y, gobernando el crédito (incluso el crédito de los Estados, que docilmente abdicaron de su soberania ), manipula y administra la fe – la escasa, incierta confianza – que nuestro tiempo todavía trae consigo. Además de eso, al hecho de que el capitalismo sea hoy una religión, nada lo muestra mejor que el titulo de un gran diario nacional (italiano) de hace algunos dias atrás: “salvar el euro a cualquier precio”. Así es, “salvar” es un término religioso, pero ¿qué significa “a cualquier precio”? ¿Hasta el precio de “sacrificar” vidas humanas? Sólo en una perspectiva religiosa (o mejor, pseudo-religiosa) pueden ser hechas afirmaciones tan evidentemente absurdas e inhumanas.
Entrevista a Giorgio Agamben

martes, 17 de septiembre de 2013

La lluvia

La lluvia atrapa los recuerdos,
los hace propios hasta el dolor,
al verla morir no ves el agua
solo momentos vividos
que vuelven a caer
sutiles...
pesados...

como cuerpos rotos

Ernesto Perez
 

lunes, 26 de agosto de 2013

Trimetilamina en el sueño de la inyección de Irma

Lacan en el seminario II paginas 240 y 241 hace una investigación de la Trimetilamina. Elemento químico que aparece al final del sueño de la inyección de Irma que tiene Freud entre el 23 y el 24 de junio de 1895 y cuya fórmula ve en gruesos caracteres. Tal vez sea el sueño mas importante en la historia del psicoanálisis puesto que su auto interpretación lo lleva a Freud a su teoría del deseo inconciente.
Lacan busca la formula la pone en su dibujo de marca, y también refiere donde se encuentra esta sustancia en la realidad. De ahí saca su conclusión de que puede tener que ver con significados de productos de secreción sexual como el semen.
Pero a esto no le da importancia, busca la formula y en vez de la N de nitrógeno la sustituye por AZ para señalar todas las letras del alfabeto (el Alfa y el Omega de la Cosa) «το 'Αλφα και το Ωμέγα».  "Yo soy el Alfa y el Omega, el primero y el último...del Apocalipsis. Es decir Lacan pone en este lugar el Nombre del Padre, la nominación fundamental.
"Es un Freud- nos dice-que ha atravesado ese momento de angustia capital". Recordemos que es la visión de la garganta abierta de Irma con una mancha blanca, con sus cornetes y escaras, visión horrorosa que Lacan relaciona con lo real,“Hay, pues, aparición angustiante de una imagen que resume lo que podemos llamar revelación de lo real", por eso allí nos habla del coraje de Freud por no haberse despertado.   
Y allí después nos dice "ve impresa en gruesos caracteres, mas allá del estrepito verbal, como el mane, thecel, phares de la Biblia la formula de la Trimetlamina"
Palabras estas hebreas cuyo significado es: El Señor Dios ha medido (“Mane”), hemos sido pesados en su balanza y hemos sido divididos ("thesel"), el pecado ha sido condenado (“Phares”), estas palabras aparecieron escritas con letras de fuego en el muro del salón donde Baltasar celebraba su última orgía mientras Ciro penetraba en Babilonia." (Libro de Daniel V, 5-6 y 24-28)
Lacan relaciona por lo tanto esta fórmula con signos sagrados bíblicos, como intentando decirnos que allí esta inscripta una cifra fundamental para el sujeto, mas allá esta el agujero fatal y desastroso de cada existencia    
Lacan escribe la formula que plantea un orden simbólico último, "al igual que el oráculo, la formula no da ninguna respuesta a nada" por lo tanto significante sinsentido, asemántico, Allí Lacan nos adelanta lo que será mas adelante en su enseñanza el concepto de "letra". No hay en este sueño otra palabra mas allá....significante ultimo en relación a "la cosa" "Das Ding" que trabaja este sueño.
Este sueño nos muestra en este punto de letra, de juntura con lo real, un simbólico que hace litoral.
Litoral que en "Lituraterre" Lacan relaciona como borde de lo real donde la letra juega su partida.  
Así podríamos   pensar la relación entre sueño y arte...porque tanto en la producción onírica como en la producción de la obra de arte, nos acercamos a ese litoral....allí donde algunos soñantes pueden caer en la pesadilla o recuperar alguna formula como clave cifrada "no a leer" es decir no interpretable,  y donde el artista se enloquece con su obra o logra con la misma cerrar su herida fundamental.
 
FREUD: El POETA Y LOS SUEÑOS DIURNOS: 

¿No habremos de buscar ya en el niño
las primeras huellas de la actividad poética?
Acaso sea lícito afirmar
que todo niño que juega y fantasea
se conduce como un poeta,
creándose un mundo propio
o, situando las cosas de su mundo en uno,
de nuevo, grato para él.

Es que el hombre modela el significante con sus manos y de esta manera es el artesano de sus soportes (Lacan Seminario VII pag. 148)

Ernesto Pérez

 


 

martes, 6 de agosto de 2013

Entre lo subjetivo y lo social: la escritura en la psicosis

                    


Signature
“… bajo el nombre de estilo, se forma un lenguaje autárquico que se hunde en la mitología personal y secreta del autor.” Roland Barthes
Desde los inicios de la humanidad y durante milenios, la escritura representó una manera de conocer al hombre y la posibilidad de conectarse con otros, creando un lazo social que permite la transmisión de afectos, de pensamientos, de conocimientos, etc. La escritura implica un enmarañado de valores estéticos, lingüísticos, sociales, metafísicos; es al mismo tiempo un modo de comunicación y una forma de expresión, un ejercicio significante de enunciación en el cual el sujeto se ubica de manera particular.
La escritura es el nexo entre la concepción individual del mundo y el mundo. “…históricamente es una actividad articulada sobre una postulación doble: por una parte, es un objeto estrictamente mercantil, un instrumento de poder y de discriminación, una expresión de la más cruda realidad social; y por la otra, un medio de goce, ligado a las pulsiones más profundas del cuerpo y a las manifestaciones más sutiles y más afortunadas del arte”[1].
Hay en la escritura un interjuego entre lo subjetivo y lo social. La escritura es la relación entre la creación personal y la sociedad. Relación de coherencia en tanto la escritura puede desarrollarse respetando y engañando a la vez las convenciones sociales. Tomando nuevamente a Roland Barthes, “son los niveles de cultura, y por ende las distinciones sociales, los que se evidencian por la escritura, no del individuo sino del grupo al cual cada uno pertenece”[2].
La escritura es la expresión de una identidad, representada con la firma y con las distintas formas de escrituras existentes (primitivas, vulgares, refinadas, etc.), y evidencia el estilo inseparable del individuo. El estilo nace del cuerpo y de la historia personal del escritor. No es la consecuencia de una elección, sino lo que se despliega como fuera de toda conciencia, de toda responsabilidad del autor.
“Una escritura no tiene necesidad de ser legible para ser una escritura con pleno derecho. Para entender el texto es suficiente descubrir el corte vertiginoso que permite a quien escribe constituirse, estructurarse y manifestarse sin el apoyo de un significado”. Por medio de la escritura hay una inscripción del sujeto, un compromiso, destinado a superar el tiempo, el olvido, el error, la mentira.
La escritura introduce algo del orden del deseo en la comunicación, porque está implicado el cuerpo mismo. Es decir, que en las experiencias de la “inscripción” pura es el cuerpo el que está comprometido, a veces obligado, a veces gratificado. Se trata de dividir, de rayar, de triturar una materia plana, ya sea papel, cuero, tableta de arcilla, muro. Más allá del sentido, la esencia de la escritura se relaciona con la producción misma, el agrietamiento.
La escritura-lectura se expande al infinito, compromete a todo el hombre, su cuerpo y su historia.
Ya en Freud se puede encontrar el valor de la escritura como expresión del deseo del sujeto, en tanto refiere que los deslices de la misma ponen de manifiesto a aquellos impulsos que deben ser relegados, escondidos a la conciencia, o que directamente provienen de las mismas mociones de deseo y complejos reprimidos. Por intermedio de los deslices en la escritura, según Freud, el hombre deja traslucir sus más íntimos secretos. Estaríamos hablando así de los deslices como formación del inconsciente.
Pero por otro lado, podríamos tomar los deslices como lo que se desliza en el texto sin el consentimiento del autor: su estilo, marca registrada de su singularidad, su modo particular de goce, de aprehensión de lo real. En el discurrir de las palabras algo del deseo se pone en juego, y en la impronta personal, en el estilo del autor, el goce. Articulación entre el deseo y el goce que la escritura misma permite soslayar.
Hay en la escritura, como acto íntimo de emergencia del sujeto, la insistencia de un saber que se reproduce más allá de la voluntad del autor: su verdad. Es sobre esta vía en donde se propone la construcción de un discurso singular sobre la experiencia del deseo humano, en tanto sujeto implicado en sus palabras. Es una apuesta al valor de la palabra en el relato del sujeto y en el relato del texto (el ser hablante se revela sujeto al significante en las diversas producciones escriturarias), en el entrecruzamiento entre la palabra propia y la palabra en su dimensión de marca, de escritura. Relato del autor que posibilita circunscribir, en el acto mismo de la escritura, algo del orden de lo inefable.
Taller de Escritura con sujetos psicóticos
Apostamos a la propuesta de escribir con pacientes psicóticos, en tanto algo de esta escritura haga marca. Marca que constituye al sujeto mismo, en tanto representación de sí mismo, que lo nombra “el analista sociológico”, “el comentarista literario”, “el deportista”, etc. Nombre que funciona como sostén y suplencia de la falta del nombre principal, que es el Nombre del Padre.
Es necesario, como dice C. Soler[3], “marcar la frontera entre [...] el psicótico mártir del inconsciente [...] y el psicótico eventualmente trabajador”. Es decir que es fundamental poner a trabajar la psicosis mediante la construcción de un objeto, escrito en este caso, que identifique a su autor y lo nombre. “Así como el neurótico habla de sus fantasmas, el psicótico trabaja lo real[4]. En el Taller de Escritura cada sujeto encuentra la posibilidad de “trabajar lo real” a través de la construcción de un escrito. Escrito que llega a sostener toda una serie de imágenes que se asocian con el sujeto productor y que dan una consistencia imaginaria en donde falla lo simbólico.
De esta forma es visible que el objetivo del taller no es ocupar los ratos libres, ni el buen pasar del paciente, repitiendo entonces el lugar de objetos al cual se trata de mantener entretenido, sino crear formas propias de funcionamiento, ocupando distintas posiciones o roles en el grupo y permitir para aquellos pacientes con carencias en la socialización un estímulo positivo en función de un reconocimiento posible. No es nuestra función corregir los escritos, ni enseñar a escribir mejor, sino permitir que el “estilo” del paciente se plasme y permita la creación de un sujeto.
Estilo que apresa al goce, acotando la proliferación de los fenómenos elementales, y que posibilita la emergencia de lo propiamente singular.
La apuesta, entonces, es que el sujeto produzca “algo propio”, y así, “se” produzca, en la construcción de un “nombre” que, además, favorezca un lazo social (con la comunidad, la familia y/o lo laboral). El sujeto intenta simbolizar su propio lenguaje a través de la escritura.
En el Taller de Escritura de la institución a la que pertenezco se intenta que el sujeto-participante se encuentre con un tema de interés particular, que lo convoque a escribir; el que podrá referirse a vivencias propias, a investigaciones realizadas, a la historia del país, al deporte, a la literatura, etc. Pero siempre reflejará la posición subjetiva de su autor (por la forma, el contenido o por la reacción frente a lo escrito).
Esta escritura queda plasmada en una Revista Anual, circula por la comunidad a partir de la Feria Artesanal en donde se presenta. Y de esta forma, se intenta reconstruir el lazo social dañado.
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Bibliografía consultada
* Colette Soler. El inconciente a cielo abierto de la psicosis. JVE ediciones
* Colette Soler. Estudios sobre las psicosis. Editorial Manantial
* Jacques Lacan. Seminario 9 “La identificación”. Clase 6 del 20 de Diciembre de 1961.
* Riccardo Campa. La escritura y la etimología del mundo. Con un ensayo de Roland Barthes. Editorial Sudamericana
* Sigmund Freud. Obras Completas. Cinco conferencias sobre psicoanálisis. Tomo XI. Amorrortu editores
* Varios autores. Los Bordes en la Clínica. JVE ediciones
Notas
[1] Roland Barthes. “Variaciones sobre la escritura” en La escritura y la etimología del mundo. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1989. Pág. 12
[2] Idem. Pág. 24
[3] C. Soler. El trabajo de la psicosis en Estudios sobre las psicosis. Edit Manantial, Pág. 16
[4] Ernesto Pérez. Los cuatro discursos y Hospital de Día en Los Bordes en la Clínica. JVE ediciones. Pág. 132
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Fuente: Pérez, L. (2013). La escritura en las psicosis. El Sigma. Recuperado a partir de http://www.elsigma.com/arte-y-psicoanalisis/la-escritura-en-las-psicosis/12597

sábado, 20 de julio de 2013

Gente necesaria

Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales,
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.

... Hay gente, que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas.
Que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con solo abrir la boca
llega hasta todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.

Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria,
pues sabe, que a la vuelta de la esquina,
hay gente que es así, tan necesaria.

Lima Quintana
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sábado, 13 de julio de 2013

Creación de un lugar donde el baile puede ocurrir

Flamenco, un arte popular moderno.
Giorgio AgambenA partir de un comentario de Ramón Gaya sobre la bailaora Pastora Imperio, Giorgio Agamben, Doctor en Derecho y profesor de Estética de la Universidad de Verona, definió el baile flamenco como "creación del lugar donde el baile podrá, tal vez, ocurrir". Es decir, para Agamben el baile flamenco, no es un acontecimiento, no es algo que ocurra en un sitio (que "tenga lugar"), sino una probabilidad (una cosa que "podrá, tal vez, ocurrir"). "No es, por tanto, un ser espacial, sino temporal", explicó en el inicio de su intervención en el seminario Flamenco, un arte popular moderno.
Un tratadista italiano del siglo XV, Domenico de Piacenza, ya apuntó esta relación entre la danza y el tiempo. En su obra Libro dell'arte del danzare ("una mezcla de manual didáctico y de summa esotérica", en palabras de Agamben), Domenico de Piacenza enumera los elementos constitutivos del arte de la danza: medida, memoria, agilidad, manera (carácter que imprime al baile cada bailarín), dominio del suelo (uso del espacio de acuerdo con los cánones clásicos de proporciones matemáticas) y "fantasmata". En un italiano poético difícilmente traducible, este tratadista del siglo XV define "fantasmata" como una destreza corporal gracias a la cual el bailarín se mueve con inteligencia de la medida y se detiene cada cierto tiempo como si hubiera visto la cara de la Medusa. En esos momentos, el bailarín se vuelve de piedra, pero inmediatamente después, se recupera y prosigue su baile, tratando de aplicar el resto de los elementos constitutivos de la danza. "Domenico llama 'fantasmata', explicó Giorgio Agamben, a una interrupción repentina entre dos momentos, una pausa que contiene virtualmente, la memoria -pasada, presente y futura- de toda la escena coreográfica".
El término "fantasmata" procede de la doctrina aristotélica de la memoria que tuvo una gran influencia sobre la filosofía medieval. Aristóteles establece una conexión entre tiempo, memoria e imaginación, pues afirma que sólo los seres que perciben el tiempo, pueden recordar. Y para recordar utilizan la misma facultad con la que perciben el tiempo: la imaginación. La memoria, según el pensador griego, no es posible sin imágenes ("sin fantasmata"). Y esas imágenes, añade, pueden llegar a mover el cuerpo. Domenico de Piacenza, que también fue coreógrafo, define la danza como un acto que genera una interrupción (una suspensión) del movimiento y del tiempo. "Pero esa interrupción, matizó Giorgio Agamben, está cargada de tiempo. De un tiempo que es pura inminencia y pura memoria, nunca acontecimiento presente". Esto es, la danza no tiene lugar, no ocurre cuando ocurre, sino en otro tiempo (en un "tiempo otro"), antes y/o después del marco temporal cronológico en el que se ejecuta.
Imagen de "The greeting", de Bill ViolaPara tratar de analizar esta relación especial entre imagen y tiempo, Giorgio Agamben rememoró su visita a la exposición The Passions de Bill Viola, donde el creador neoyorquino reflexiona sobre el tema de la expresión y representación de las emociones. Una parte importante de las video-instalaciones que integraban la muestra, reproducían cuadros con motivos religiosos de pintores de los siglos XV y XVI (entre ellos Alberto Durero). "A primera vista, recordó Giorgio Agamben, las imágenes parecían inmóviles, pero después de unos segundos descubrí que imperceptiblemente se movían, que nunca habían estado quietas, sólo sometidas a una extrema ralentización".
En un trabajo anterior (The greeting, que se presentó en la Bienal de Venecia de 1995) Bill Viola recrea La Visitación (1528-1529), una pintura manierista de Pontormo en la que aparecen tres mujeres entrelazadas. En una sola toma de diez minutos de duración, la cámara se acerca a ellas muy lentamente, hasta componer el tema iconográfico de la trinidad. Según Agamben, lo interesante de esta obra no es sólo la sorpresa que causa la animación de una imagen que estamos acostumbrados a ver inmóvil, sino su capacidad de transformar la naturaleza misma de la imágenes. Cuando el tema iconográfico de la trinidad se re-compone definitivamente y el movimiento, leve pero continuo, de la cámara se detiene, la imagen, que está cargada de tiempo, se desborda y explota. El vídeo genera una especie de temblor en el que cada instante profetiza su desarrollo futuro y evoca sus gestos precedentes. "Bill Viola, explicó Giorgio Agamben, no introduce las imágenes en el tiempo, sino el tiempo en las imágenes". Porque igual que el baile de Pastora Imperio que fascinó a Ramón Gaya, las imágenes de Viola no ocurren en el tiempo, sino que están hechas de tiempo, son tiempo en sí mismas.
Pero, ¿qué es el gesto? Antes de desarrollar su punto de vista sobre este concepto, Giorgio Agamben recordó que a finales del siglo XIX, la burguesía occidental había comenzado a percibir, aunque fuera de forma inconsciente, que estaba perdiendo sus gestos. De hecho, para el autor de El Hombre sin contenido o El lenguaje y la muerte, muchos aspectos importantes de la cultura europea de finales del siglo XIX y principios del siglo XX -desde el baile de Isadora Duncan a las novelas de Marcel Proust, pasando por el cine mudo o el flamenco- reflejan un último intento de recuperar y reinventar esos gestos perdidos.
En el marco del seminario Flamenco, un arte popular moderno, Agamben propuso dos definiciones de gesto. Por un lado, lo definió como "algo que no ocurre ni pasa, que no se puede hacer y actuar, sino solamente deshacer e inactuar". Es decir, no es un medio hacia un fin, ni un fin en sí mismo, sino un "medio puro". La danza es gesto precisamente porque exhibe el carácter de medio de los movimientos corporales. Y a través de esa exhibición, se deshace, desmiente su propio ocurrir, convirtiéndose en medio puro, en medio sin fin. Bailar supone quedar suspendido entre el recuerdo (venir), el acontecimiento (devenir) y lo potencial (porvenir), alcanzar un umbral de indistinción en el que se funden y confunden pasado (lo que fue), presente (lo que es) y futuro (lo que será). "Y por eso mismo, la danza es inagotable", subrayó Giorgio Agamben.
Por otro lado, para Giorgio Agamben el gesto es lo que en cada acto expresivo queda sin expresión. O en otras palabras, el vacío expresivo que permanece en el núcleo de todo discurso, la imposibilidad de alcanzar una comunicación plena. Por ello, el filósofo italiano piensa que el gesto se puede describir como el gag del lenguaje humano. Término (gag) que en su acepción original remite a algo que se mete en la boca para impedir la palabra, y que en su uso en el mundo del teatro, hace referencia a la improvisación de un actor para subsanar un vacío de su memoria o una imposibilidad de hablar. En este sentido, Giorgio Agamben recordó que según los teóricos de la comedia del arte italiana, el gesto del Arlequín no tenía nada que ver con la historia que se desarrollaba en la escena, sino que, a modo de gag, interrumpía los actos expresivos de los actores.
Retomando la descripción del gesto de Pastora Imperio, para el autor de Estancias es necesario comprender que la creación del lugar que sugiere Ramón Gaya ("un lugar donde el baile podrá ocurrir") no implica que haya dos tiempos (uno presente y otro futuro) en el sentido cronológico. La creación de ese lugar nos remite a un tiempo que está por dentro del tiempo. Un tiempo interior -"mesiánico"- que produce una suspensión (un vacío, una pausa) del tiempo cronológico. "El baile, señaló Giorgio Agamben en la fase final de su intervención en Flamenco, un arte popular moderno, no se desarrolla en el tiempo cronológico, sino que representa el tiempo que el tiempo tarda en acabarse, el tiempo que el tiempo emplea en cumplirse. Por eso el flamenco no tiene lugar". Y del mismo modo que nos es imposible ver el lenguaje, no podemos ni podremos nunca ver el baile. Tenemos que conformarnos con evocarlo e invocarlo, con "recordarlo y prometerlo".
 Giorgio Agamben         

miércoles, 3 de julio de 2013

UNA DEGENERACION CATASTRÖFICA

              

                            Un Comentario de la clase 10 del Sem. 21 de Lacan
                                 (inédito, en la versión circulante pag. 125, 126, 127)

 
“En Roma prometí, para ya no sé cuándo, dar una conferencia sobre el amor y la lógica. Al prepararla advertí la enormidad de lo que soporta mi discurso, pues prácticamente no hay nada que me haya parecido dar cuenta de ello en el pasado, por poco que fuere. Advertí que al fin de cuentas no por nada Freud, en lo que yo citaba la vez pasada, el intitulado Psicología llamada justamente "de las masas" y Análisis del Yo, confronta la identificación con el amor, y sin el menor éxito, para intentar tornar aceptable que el amor participa de una u otra manera de la identificación. (1)
Sencillamente, allí está indicado que el amor tiene que ver con lo que yo aislé bajo el título de Nombre-del padre. Es muy extraño. El Nombre-del padre al que antes aludí irónicamente, cuando dije que tendría relación con la antigüedad de la familia, ¿qué puede ser? ¿Qué es lo que el Edipo, el susodicho Edipo, nos enseña sobre esto? (2)
Y bien, no pienso que esto pueda abordarse de frente. Por ello, en lo que hoy proyecté decirles, y sin duda en razón de una experiencia que a mí mismo me había fatigado, quisiera mostrarles cómo se amoneda ese nombre, ese nombre que en pocos casos no vemos al menos reprimido. (3)
Para llevar ese nombre no basta que aquella en la que se encarna el Otro, el Otro como tal, el Otro con 0 [A] mayúscula, aquella digo en quien el Otro se encarna —no hace más que encarnarse, encarna la voz— a saber, la madre, la madre habla, (4)
la madre por la cual la palabra se transmite, la madre, hay que decirlo, es reducida a traducir ese nombre (nom) por un no (non), justamente, “el no” que dice el padre, lo que nos introduce en el fundamento de la negación. (5)
Cabe preguntarse si se trata de la misma negación que forma círculo en un mundo, que al definir alguna esencia, esencia de naturaleza universal, o sea lo que se soporta del todo, —justamente rechaza, ¿qué rechaza?— fuera del todo, llevado por ello a la ficción de un complemento al todo, y hace a todo hombree responder: por eso (. . .) lo que es no-hombre, ¿no se siente acaso que hay una abertura (béance) de ese no lógico al decir-no?.  Al decir-no proposicional, dirija yo, para soportarlo. A saber, lo que hago funcionar, en mis esquemas, acerca de la identificación sexual, o sea que todo hombre no puede confesarse en su goce, es decir en su esencia, fálica para llamarla por su nombre, que todo hombre no llega sino, al fundarse sobre esta excepción, de algo, el padre, en tanto que proposicionalmente él dice "no" a esa esencia. (6)
El desfiladero del significante por el cual pasa al ejercicio ese algo que es el amor, es muy precisamente ese Nombre del Padre que sólo es no a nivel del decir, y que se amoneda por la voz de la madre en el decir no de cierto número de prohibiciones; esto en el caso, en el feliz caso, aquél donde la madre quiere, con su pequeña cabeza, proferir algunos cabeceos.(7)
Hay algo cuya incidencia quisiera indicar. Porque se trata del sesgo de un momento que es aquel que vivimos en la historia. Hay una historia, aunque no sea forzosamente la que se cree, lo que vivimos es muy precisamente esto: que curiosamente la pérdida, la pérdida de lo que se soportaría en la dimensión del amor, (8)
si es efectivamente no la que yo digo —yo no puedo decirla—, a ese Nombre del Padre se sustituye una función que no es otra cosa que la del "nombrar para" [nommer á. Ser nombrado para algo, he aquí lo que despunta en un orden que se ve efectivamente sustituir al Nombre del Padre. Salvo que aquí, la madre generalmente basta por si sola para designar su proyecto, para efectuar su trazado, para indicar su camino.(9)
Si definí el deseo del hombre por ser el deseo del Otro, esto es lo que se señala en la experiencia. E incluso en los casos donde, por azar, ocurre que por un accidente ella no esté más allí, es sin embargo ella, ella, su deseo, lo que señala a su crió ese proyecto que se expresa por el "nombrar para". Ser nombrado para algo, he aquí lo que, para nosotros, en el punto de la historia en que nos hallamos, se ve preferir —quiero decir efectivamente preferir, pasar antes— lo que tiene que ver con el Nombre del Padre.(10)
Es bien extraño que aquí lo social tome un predominio de nudo, y que literalmente produzca la trama de tantas existencias; (11)
él detenta ese poder del "nombrar para" al punto de que después de todo, se restituye con ello un orden, un orden que es de hierro; (12)
¿qué designa esa huella como retorno del Nombre del Padre en lo Real, en tanto que precisamente el Nombre del Padre está verworfen, forcluido, rechazado? ;(13)
y si a ese título designa esa forclusión de la que dije que es el principio de la locura misma, ¿acaso ese "nombrar para" no es el signo de una degeneración catastrófica?”(14)

COMENTARIO
 
(1) Pareciera que Lacan va a tratar de articular dos cosas bien distintas desde la psicología: Amor y Lógica. Refiere que justamente Freud llama Psicología a algo que tiene que ver con las masas y con el Yo, y que la relación entre amor e identificación en su razonamiento no es para nada aceptable (amor que no se resuelve en el objeto y que vía de la regresión terminaría en identificación)

(2) El amor es relacionado con el padre en ese texto de Freud, en la primera identificación, la preedípica, esto “es muy extraño” dice. La identificación secundaria al rasgo unario como Lacan lo plantea en el seminario de la identificación, es al padre pero es mas allá del amor, puede ser por odio etc. Entonces se pregunta que nos puede enseñar Edipo sobre esto?

(3) Entonces comienza con un rodeo, y refiere que El Nombre del Padre se amoneda, esta es la novedad. Que se amoneda puede darnos a entender que se cifra, se acuña, y esa cifra puede circular y hacer lazo social. Los pocos casos que no vemos reprimidos ese nombre es la psicosis.

(4) La madre es el primer Otro que habla y mas allá de ocupar el lugar de las leyes del lenguaje encarna: La Voz. Es decir algo real, del objeto real se anudan en la madre.

(5) La madre encarna el fundamento de la negación al encarnar un “NO” que traduce el NO del Padre. Es decir si amoneda el Nombre del Padre es que transmite esta negación, que no es un no gramatical, sinó que tiene que encarnarlo con algo del cuerpo.

(6) En estos párrafos Lacan se pregunta si este no, no es idéntico al no lógico, proposicional, y termina confirmando que es su fundamento.
Es decir que con este no. la madre abre la posibilidad de que el humano entre en el razonamiento. La lógica del Todo y del No-Todo.
Es decir que ese NO que amoneda el Nombre del Padre es otra forma de introducir la castración. La esencia que tiene su limite en una excepción.

(7) después de estos rodeos Lacan precisa que ese Nombre del Padre que Hace que el desfiladero del significante pase, se inscriba, es El Amor.
 Y vuelve a recalcar el papel fundamental que tiene el decir de la madre, su decir, no sus dichos es decir algo que se hace con el cuerpo y por eso trae los cabeceos que pueden traducir esa Negación.
El Amor además como algo practicable, no se trata de ninguna ficción idealizante, ni de ningún sentimiento, se trata de una ejercicio del amor.

(8) Aquí se señala como en la historia este amonedamiento del Nombre del padre con Amor se esta perdiendo y esto tiene una incidencia en la subjetividad de la época.

(9) Sustitución en la época histórica que nos toca vivir del Nombre del Padre que hace del Amor algo ejercitable por una función “Ser Nombrado Para...”
Este Ser Nombrado Para... como sustitución del Nombre del Padre implica el despuntar en lo social de Un Orden Nuevo, que la madre sola puede designar y efectuar su trazado.
Es decir ese orden que se impone en lo social es cuando la madre no traduce el Nombre del Padre y Nombra por sí sola el proyecto de su deseo.
Podríamos acá recordar cuando Lacan plantea cuando el deseo de la madre es una Ley de capricho o en el seminario 17, donde plantea que su deseo es la boca de amenazante del cocodrilo que hace Estrago.

(10) En estos párrafos plantea que existe algo que es del orden de la elección: “de preferir” pasar antes El Nombre del Padre o este Nombrar para...

(11) Lo social anuda en la constitución subjetiva. Habría un anudamiento por el Nombre del Padre y un anudamiento a través de ser nombrado para...
Y en este último caso no podemos dejar de leer una nominación utilitaria: Te nombro para... y en esos puntos suspensivos podríamos poner su utilidad social? Para que discurso Amo? lo que Lacan llama en su seminario XVII el nuevo amo  universitario?

(12) Ese nuevo Orden que sustituye al Nombre del Padre es un Orden, es decir no es el caos, es una ley, pero ese Orden, nos dice, es de Hierro: Un Orden sin amor ejercitable.

(13) Nuestra época signada por la forclusión del Nombre del Padre implica la emergencia en lo real de este Orden de Hierro, donde ser Nombrado para... cobra un sentido estabilizante del sujeto y la estructura social del nuevo discurso Amo.
Pero aquí Lacan se pregunta por la huella de verdad que esto estaría mostrando.

(14) Y con signos de pregunta se responde: Es el signo de una degeneración Catastrófica.
Decir Estrago es poco. Degeneración catastrófica nos lleva a pensar sujetos y sujetos por generaciones surgidos con una tara devastadora: Una Ley de Hierro que hace un nudo donde las relaciones humanas se vayan transformando en producción para el Amo sin ningún amor ejercitable. En una identidad maquinal donde lo único que importa es realizar el programa para el cual lo social nos marcó.

Para terminar este comentario Lacan en este mismo Seminario, en la clase siguiente, vuelve al tema: alertando que muchas Escuelas de Psicoanálisis están tomando esta dirección y que: “Uno no puede Ser Nombrado Para... el psicoanálisis”.

Intentaremos ahora graficar estas consideraciones de Lacan:

El cambio que produce en la época lo que llamamos Degeneración Catastrófica tiene los siguientes parámetros:

1) El Otro no funciona como Nombre del Padre Amonedado, El Otro responde a Una Ley DE Hierro.

2) Como consecuencia La identificación al Ideal cae y es sustituida por El Ser Nombrado Para... lo que el Amo actual mande servir.

3) Esto implica una perdida de un amor practicable en el vinculo social que sería reemplazo por un vinculo maquinal, y funcional.

4) Esta Ley de Hierro implica un Otro de Goce que aplasta el deseo y la significación del sujeto va a estar dada por una regresión narcisista al estadio del espejo bajo la forma de cinismo o sumisión.

5) El objeto técnico sustituye a los objetos del deseo, y entonces el narcisismo se tapona con los gagets y las marcas que el capitalismo amontona, produciendo una identidad siliconada.

(Aquí viene el grafo del deseo modificado)

                                                                               Ernesto Pérez

                                                                               

jueves, 27 de junio de 2013

Carta de Sigmund Freud escrita en 1936, en respuesta al pedido de una madre por el tratamiento de la homosexualidad de su hijo adolescente.



“Estimada Señora:
Deduzco por su carta que su hijo es homosexual. Estoy especialmente impresionado con el hecho de que usted no haya mencionado este término en su relato sobre su hijo. ¿Puedo preguntarle por qué lo evitó? La homosexualidad no es una ventaja, mas no es nada vergonzoso, no es un vicio, no es una degradación, no puede ser clasificada como una enfermedad; nosotros la consideramos una variación de la función sexual producida por un cierto bloqueo en el desarrollo sexual.
Muchos individuos altamente respetables en la antigüedad y también en nuestros días, fueron homosexuales, muchos hombres notables de su época (Platón, Michelangelo, Leonardo da Vinci). Es una gran injusticia y una crueldad la persecución de la homosexualidad como un crimen. Si usted no cree en mi, lea los libros de Hamelock Ellis.
Al preguntarme si yo podría ayudar, supongo que usted quiere saber si puedo abolir la homosexualidad y colocar la heterosexualidad normal en su lugar. La respuesta es que, de una manera general, no podemos prometer que esto se conseguirá. En ciertos casos tenemos éxito en desenvolver las incipientes tendencias heterosexuales que están presentes en todos los homosexuales, pero en la mayor parte de los casos esto no es posible. Depende de las características y edad del individuo. El resultado del tratamiento no puede ser previsto.
Lo que el análisis puede hacer por su hijo sigue en otra dirección. Si él es infeliz, neurótico, torturado por conflictos, inhibido en su vida social, el análisis le puede traer armonía, paz de espíritu, completo desarrollo de sus potenciales, continúe siendo o no homosexual.
Si usted decide que él debe hacer análisis conmigo -yo espero que esto no suceda- él deberá venir a Viena. No tengo intención de mudarme. De cualquier forma no deje de responderme.
Sinceramente,
Le deseo buena suerte.
Freud.”

Vemos lo avanzado del pensamiento freudiano para la época: Allí plantea que la homosexualidad no es una enfermedad, es nos dice, una variación de la función sexual, nosotros agregamos: una variación de la función sexual como para todo humano.

martes, 18 de junio de 2013

UN MUNDO SIN PIEDAD


 "En cuanto a mí, seré fusilado por torturador y asesino. El tribunal ha procedido con rectitud; desde el principio, yo me he declarado culpable. Mañana, cuando el reloj de la prisión dé las nueve, yo habré entrado en la ...muerte; es natural que piense en mis mayores, ya que tan cerca estoy de su sombra, y a que de algún modo soy ellos."

"No pretendo ser perdonado, porque no hay culpa en mí, pero quiero ser comprendido. Quienes sepan oírme, comprenderán la historia de Alemania y la futura historia del mundo. Yo sé que casos como el mío, excepcionales y asombrosos ahora, serán muy en breve triviales. Mañana moriré, pero soy un símbolo de las generaciones del porvenir."

"Ignoro si Jesusalem comprendió que si yo lo destruí, fue para destruir mi piedad. Ante mis ojos, no era un hombre, ni siquiera un judío; se había transformado en el símbolo de una detestada zona de mi alma. Yo agonicé con él, yo morí con él, yo de algún modo me he perdido con él; por eso, fui implacable."

"Se cierne ahora sobre el mundo una época implacable. Nosotros la forjamos, nosotros que ya somos su víctima. ¿Qué importa que Inglaterra sea el martillo y nosotros el yunque? Lo importante es que rija la violencia, no las serviles timideces cristianas. Si la victoria y la injusticia y la felicidad no son para Alemania, que sean para otras naciones. Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno."

Jorge Luis Borges
Deuch Requiem


miércoles, 12 de junio de 2013

"Hable con ella" Almodovar...un comentario

Se ha pensado que en esta pelicula Almodovar bordea el tema de la perversion. Pero a pesar que esto esta presente, lo presenta por caminos tan sutiles que nos plantea cuestiones acerca del amor y el deseo.
Como plantea Lacan: solo el amor puede condecender el goce al deseo.
Benigno y Marco son dos personajes opuestos, unidos por el destino y por la larga e imprevisible convalecencia de las mujeres a las que aman..
Benigno sabe que Alicia lo ama, aunque ella esté en coma, porque él puede hablarle, en cambio, Marco, cuando intenta hablarle a Lydia, simplemente no puede hacerlo, porque el amor se fue. 
Cuando el enfermero Benigno se enamora de la bailarina Alicia, nadie podía pensar hasta donde podía llegar ese amor. Porque más allá que ella está en vida biológica, vegetativa, él tiene la certeza, la convicción que hay en algún lugar conciencia en ella.Por eso la cuida, la mima y “le habla”, y le recomienda a su compañero de desgracia: “Hable con ella” “a las mujeres siempre les gusta”Como calificar este amor: es un poco loco, llamarle puro no sé, puro habla de algo no contaminado, ¿no contaminado de qué? Tal vez no contaminado en el sentido que es a pura pérdida porque ella está como muerta. En fin yo no lo calificaría, trataría de entenderlo. Entonces se me presenta esta pregunta: ¿de dónde le nace a este sujeto, esta extraña certeza? que además va a coincidir en la película con una realidad, porque Alicia va a vivir, y va a tener esa hija de él, aunque él nunca se va a enterar porque encerrado en la cárcel se mata.
Es todo un tema el de los límites de la vida. Un ser inconciente, ¿siente? ¿Percibe? ¿Aunque los aparatos médicos digan lo contrario?Me acuerdo que cuando se descubrió la anestesia, se discutían estas cosas: el ser dormido por la anestesia podía o no podía sentir inconcientemente los cortes que se le realizaban en la operación.En fin es un tema muy fuerte de hasta dónde puede llegar la voz humana, hasta que registros inconcientes del ser.Benigno, el enfermero, cree realmente hablar con ella y que ella le daba signos de su aceptación, toda una gran locura.Existe comunicación de inconciente a inconciente? (esto Freud lo postulaba) Tanto que Lacan piensa el verdadero amor como una resonancia del inconciente de uno en el Otro, lo cual a veces puede ser trágico: porque ambos pueden ser llevados a locuras del amor.¿Había en Benigno (¡vaya nombre que le pone Almodovar!) una resonancia de algo imperceptible de ella? Misterios del amor, misterios del cuerpo o tal vez misterios de esta aventura que es la vida.

sábado, 8 de junio de 2013

UNA INTERPRETACIÓN DE LACAN

GESTO EN PIEL
 
Cierto día, en una sesión, yo estaba contándole a Lacan un sueño que había tenido y le dije “Todas las mañanas me despierto a las 5 en punto”, y agregué “A las 5 en punto era cuanto la Gestapo [se pronuncia “yestapó”] iba a capturar a los judíos en sus casas”. En ese momento Lacan saltó de su asiento, se acercó a mí, y me hizo una caricia muy suave en la mejilla. La en...tendí como un “gesto en piel” [“geste à peau” se pronuncia “yestapó”], el gesto…

Un gesto muy tierno, hay que decirlo. Un gesto extraordinariamente tierno. Y esa sorpresa no disminuyó el dolor pero lo convirtió en otra cosa. La prueba es que ahora, 40 años más tarde, cuando recuerdo ese gesto, aún puedo sentirlo en mi mejilla. Fue también un gesto que constituía un llamado de humanidad, algo así.

Suzanne Hommel, in analysis with Lacan in 1974.

(Gérard Miller: Lacan transformó la “Gestapo” en “gesto en piel”)

Comentario: Se trata de un gesto de amor pero no en el sentido de amor al
prójimo...eso estaría en las antípodas en la enseñanza de Lacan.
Se trata de un acto que instituye un corrimiento del sujeto anclado a lo
traumático, que le permite al mismo sentir la caricia que la alivia.
Pero hay que señalar que estaba en sus palabras....Lacan escuchó lo que se lee en
ese real lenguajero y realizo un corte...

Los pueblos Originarios: sus derechos son un sintoma del malestar

Los pueblos originarios tienen sus derechos innegables. Pero habría que hacer un poco de historia y no ser simplistas a la hora de reivindicar sus reclamos.
Planteamos que son un síntoma del malestar actual de los países de America Latina.
Estas comunidades son lo que queda de un exterminio, del cual no son agenos Cristóbal Colon y entre nosotros Julio Argentino Roca. La discusion de un cambio de monumentos por otros no es casual y tampoco es solamente un acto simbólico.
Los actuales propietarios de tierras muchas veces son los herederos de los que llevaron adelante ese genocidio.
Los pueblos actualmente llamados originarios, son poblaciones que sobrevivieron en los campos improductivos de toda una generación de terratenientes que no les importaba "que un grupo de indios" se dedicaran, (dentro de sus tierras que a ellos les parecía tierra solo para indios) a la producción artesanal de productos de su cultura. Algunos terratenientes hasta se aprovechaban de este trabajo y pagaban a un precio vil , mercancías que luego vendían en Europa ( y esto me consta en mis años de mochilero joven en donde recorri parte del pais).
Los dueños de la tierra como los inmortalizo Davis Viñas aceptaban este convivir, entre los que sobrevivieron al exterminio y el capitalismo agroganadero cada vez mas salvaje.
Pero los tiempos han cambiado con la soja y el mercado neoliberal: hoy es negocio hasta el ultimo rincón de tierra que estos poseen, entonces... desde la época menemista ha comenzado su expulsión lisa y llanamente de las tierras de propiedad privada o tierra del estado hecha privada por negocios turbios. Los expulsan, a veces a tiros, o con topadoras, he visto estas escenas en television.
Es un síntoma actual, ante nuestros ojos, de lo que fue y sigue siendo el exterminio de los pueblos originarios de toda América.
Es decir se vuelve a reproducir lo que ocurrió, los herederos de esa conquista salvaje o aquellos, muchas veces extranjeros, que compraron grandes extensiones,  vuelven a expulsar a los herederos de aquella tragedia.
Pero entonces ¿que hacer?
¿Expropiamos a los dueños de esas tierras? ¿El derecho de esas comunidades es superior, al sagrado derecho a la propiedad que nuestra constitución ampara? ¿Debemos reformar la constitución?
No nos olvidemos que los dueños de la tierra por exterminio indígena son los fundadores de la patria, los que hicieron supuestamente con el ejercito y la iglesia La Nación.
Pero la reforma constitucional del año 1994 ampara el derecho a la tierra de los pueblos originarios.
Dice en su art. 75 apartado 17:

"Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.
 Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingue e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos.
Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones".

Por otro lado existe en vigencia la Ley 26.160, que declara la emergencia de las tierras habitadas por comunidades indígenas y prohíbe sus desalojos.

¿Deberíamos entonces cuestionar las bases de la legitimidad de esa propiedad? Y en caso de que esto fuera posible, otros sobrevivientes de esas poblaciones, mas arraigados a la vida "civilizada burguesa" no tendrían derecho a gestionar una demanda concreta de su tierra ancestral? (no nos olvidemos que se trata solamente de tres generaciones, todavía hay viejos nativos que pueden contar como fue esa masacre)
Pero mas aun: Si los indigentes no  pertenecientes a esas comunidades y sin tierra, reclamaran su derecho a tener un lugar ¿No tendríamos que pensar en algún tipo de sesión de tierras?
Llego al final de esta reflexión con esta pregunta; ¿Estamos dispuestos a dialogar en serio de que se trata? ¿el estado les debe dar cualquier pedazo de tierra hoy sin utilidad y que funcione como reserva indígena? ¿Es decir esto se resuelve con una especie de campo de concentración?
Estamos viviendo en el mundo una segregacion a gran escala, como no tiene antecedentes en la historia.

ERNESTO PEREZ

lunes, 20 de mayo de 2013

Psicólogos, Guantánamo y tortura

Una grave cuestión moral 

A través de los años, las profesiones dedicadas a la salud mental en EE. UU. han estado en una lucha de poderes. El desarrollo de un estado militarizado para la seguridad nacional, después de la Segunda Guerra Mundial, ha ofrecido múltiples oportunidades para que la psicología profesional logre llamar la atención a sus especialidades. Esto ha sido a través de sus aportes en el área de propaganda, así como en el campo del desarrollo de armas sofisticadas logradas con la ingeniería de factores humanos ( human factors engineering ).
Un campo particularmente perturbador donde los psicólogos estadounidenses han demostrado lo que valen ha sido en el desarrollo de técnicas de interrogación para obtener información de prisioneros resistentes. El historiador Alfred McCoy, en La cuestión sobre la tortura, ha documentado el uso que ha hecho la CIA de los psicólogos para desarrollar formas de tortura que podrán derrumbar la personalidad del prisionero. Muchas de estas técnicas fueron utilizadas durante la guerra de Vietnam, además de en las brutales contrainsurgencias, apoyadas por los EE. UU., en América Latina.
No obstante la condición inmoral de estos hechos, que hacía imposible promoverlos públicamente, confluyeron para su continuación los intereses políticos del aparato militar y los corporativos de los psicólogos que buscaban de esta manera incrementar su estatus. Esto se haría, por supuesto, a través del otorgamiento de fondos para trabajos de investigación y la ampliación del campo laboral posible para los psicólogos, es decir, el campo militar. De esa manera, lo que se dio fue un silencio total por parte de la Asociación Psicológica Estadounidense (la APA), la representación mas grande en los EE. UU. y en el mundo para la psicología profesional.
El estrés extremo. La “guerra mundial contra el terror”, lanzada después del 11 de setiembre del 2001, aportó otra oportunidad de experimentar con estas técnicas de la psicología conductual. El establecimiento de ese infierno llamado Centro de Detención de Guantánamo, donde se mantienen los detenidos en la campaña en Afganistán y en otras partes, ofreció un ambiente particularmente favorable. Se creó una institución donde todos los detenidos, en contra de la ley internacional, carecen de todos sus derechos y donde son monitoreados y controlados durante las 24 horas del día.
La definición del término ‘tortura’ se ha debilitado de tal manera que prácticas previamente prohibidas ahora son permitidas, un verdadero retorno de lo reprimido. Varios psicólogos y psiquiatras funcionaron como asesores en el desarrollo de esta institución dedicada a la destrucción de la personalidad humana. Jane Mayer, de la revista prestigiosa The New Yorker , describe cómo un psiquiatra determinó que a un reo se le permitiera nada más que 7 cuadritos de papel higiénico al día, mientras que un psicólogo aplicó la técnica de interrogación llamada “la desesperación aprendida”. En el New England Journal of Medicine (2005), los investigadores Bloche y Marks notan que, desde el 2002, psiquiatras y psicólogos han sido parte de una estrategia que utiliza el estrés extremo como modificador de conducta. Otras medidas son la privación del sueño, el aislamiento prolongado, posicionamiento corporal doloroso, cambios extremos de temperatura y humillación sexual y cultural.
Además de la cuestión moral, la participación en estas actividades de profesionales de la salud mental entra en conflicto con las normas de ética establecidas por las asociaciones psiquiátricas y psicológicas estadounidenses. El escándalo de Abu Ghraib hizo pública la participación de psicólogos y psiquiatras; después de un período de debate, en mayo del 2006, la Asociación Psiquiátrica Estadounidense emitió una orden que prohíbe la participación directa de psiquiatras en actos de interrogación, en Guantánamo o en cualquier parte.
Indefinición de términos. Lo mismo no se puede decir de los psicólogos. La asociación de psicólogos formó un comité para determinar cuál sería su posición acerca de las interrogaciones, llamado “El consejo presidencial sobre la ética psicológica y la seguridad nacional ( The Presidencial Task Force on Psychological Ethics and Nacional Security )”. La mayoría de los integrantes votantes, 6 de los 9, eran psicólogos que ya trabajaban en asuntos militares y de inteligencia, varios de ellos conectados con Guantánamo y las interrogaciones. El resultado fue previsible; dice el informe final: “Es congruente con los códigos de ética de la APA que los psicólogos sirvan como consultores en los procesos de interrogación y la extracción de información para propósitos relacionados con la seguridad nacional”.
El informe dice que los psicólogos no deberían estar involucrados en actos de tortura o conductas crueles, degradantes o inhumanas pero, al igual que la administración de Bush, se resiste a definir estos términos. A pesar de que se sigue reportando la participación de psicólogos en actos de tortura, la APA no ha abierto ninguna investigación. Más bien, su presidente manifestó: “Un numero de comentadores oportunistas disfrazados de académicos han continuado reportando supuestos abusos por profesionales de salud mental. Pero no entregan a la APA los nombres y circunstancias de los involucrados…”.
La participación de psicólogos en actos de interrogación en Guantánamo, donde ha habido por lo menos 120 intentos de suicido desde el 2002, no es simplemente un asunto profesional. Es un reto moral para el concepto del uso del conocimiento al servicio del bien y no del mal. Si esta participación sigue, la psicología perderá su alma, así como la sociedad estadounidense perderá su alma si se siguen cometiendo estos horrores en su nombre. Aquí, en Costa Rica, hace unos días, un médico prominente en este mismo diario alabó el uso de la máquina de muerte y tortura llamada Guantánamo, como fortaleza última en una guerra galáctica entre el demonio y el mundo occidental. Es decir, nos pertenece a todos esta cuestión moral.
Stephen Soldz y Rodrigo A. Barahona

jueves, 2 de mayo de 2013

Civilizacion del Odio

Con el odio sucede lo mismo. Existe una dimensión imaginaria del odio pues la destrucción del otro es un polo de la estructura misma de la relación intersubjetiva. Ya les señalé que se trata de lo que Hegel reconoce como el callejón sin salida de la coexistencia de dos conciencias, a partir del cual deduce su mito de la lucha por puro prestigio. También en este caso, la dimensión imaginaria está enmarcada por la relación simbólica y, en consecuencia, el odio no se satisface con la desaparición del adversario. Si el amor aspira al desarrollo del ser del otro, el odio aspira a lo contrario: a su envilecimiento, su pérdida, su desviación, su delirio, su negación total, su subversión. En este sentido el odio, como el amor, es una carrera sin fin.

Tal vez sea más difícil hacerles entender esto último porque, por razones que quizá no son tan agradables como podríamos creer, conocemos menos hoy el sentimiento de odio que en las épocas en que el hombre estaba más abierto a su destino.

Es cierto que hemos presenciado, no hace mucho, manifestaciones de este género que estaban bastante bien. No obstante, hoy, los sujetos no tienen que asumir la vivencia del odio en lo que éste puede tener de más ardiente. ¿Por qué? Porque ya de sobra somos una civilización del odio. ¿Acaso no está ya bien desbrozada entre nosotros la pista de la carrera de la destrucción? El odio en nuestro discurso cotidiano se reviste de muchos pretextos, encuentra racionalizaciones sumamente fáciles Tal vez sea este estado de floculación difusa del odio el que satura, en nosotros, la llamada a la destrucción del ser. Como si la objetivación del ser humano en nuestra civilización correspondiera exactamente a lo que- en la estructura del ego- es el polo del odio.
 
J. Lacan (Escritos técnicos)

martes, 2 de abril de 2013

EL AUTISTA Y SU MADRE

El niño golpeador

Voy a considerar a continuación algunas ideas de la relación entre el llamado autista y su madre.
Esta relación que ha sido calificada  de simbiótica  por la psicología tradicional presenta un rasgo muy característico, que se presenta por otra parte con mucha frecuencia en la clínica y que pone a esta relación en crisis: los niños autistas golpean a su  madre.                                  
Trataremos de hacer entendible este acto aparentemente irracional.
 
En primer lugar estas madres han suturado el objeto de su fantasma con su hijo, así este está capturado  en una relación topológica que calificaríamos de banda de Moebius, es decir que el niño es aspirado a identificarse en relación al discurso materno en un envés a veces absolutamente contradictorio. Y los limites de su cuerpo y la de su madre estan diluidos uno empieza donde termina el del otro y viceversa.
Esta  situación es pensada por el psicoanálisis desde Freud como lo que es un niño para una madre, a través de la muy conocida ecuación pene-niño, el infante está obligado a ocupar el lugar del falo en la madre, producto del complejo de castración en la mujer. Es decir la mujer como mujer es madre posible y de esta manera ya desde el vamos la maternidad viene a ocupar una salida para su complejo de castración. Lo particular de esta situación es que el pequeño esta sujeto a ser objeto de su capricho, ser objeto de un capricho sin el semblante falico que armoniza.
                                                      
Esta subjetividad no mediada por la metáfora Paterna es una subjetividad de la que podríamos decir que bordea lo siniestro, porque el niño se adapta y no se adapta en ese lugar, con todos lo efectos especulares de irrealidad, fragmentacion y transitivismo que se producen. Hay momentos de imposibilidad tanto para el niño como para su madre en lo que podríamos calificar de subjetividad invertida.

         En segundo lugar deberíamos argumentar en relación a lo que es un golpe, y especialmente un golpe dado en este tipo de relación donde lo simbólico está forcluído. Un golpe en estas circunstancias va desde lo real hacia lo simbólico, en donde el cuerpo imaginario hace de pantalla  como amor-odio imposible. Un golpe apunta a dejar una marca en el Otro, único camino para que se pueda abrir un corte en esta banda, y puedan emerger dos sujetos como sujetos del golpe, uno como víctima y otro como verdugo. Dos posiciones que sostienen los cuerpos, y marcan el intento de una diferenciación desesperada como imposible.

                  

lunes, 11 de marzo de 2013

Metodo

 
 
Uno de los principios metodológicos que sigo constantemente en mis investigaciones es localizar, en los textos y en los contextos en que trabajo, el punto de su Entwicklungsfähigkeit, como dijo Feuerbach, es decir, el punto en que ellos son susceptibles de desarrollo. Sin embargo, cuando interpretamos y desarrollamos en este sentido el texto de un autor, llega el momento en que empezamos a darnos cuenta de no poder ir más allá sin contravenir a las reglas más elementales de la hermenéutica. Esto significa que el desarrollo del texto en cuestión ha alcanzado un punto de indecibilidad en el que se hace imposible distinguir entre el autor y el intérprete. Aunque, para el intérprete, sea un momento particularmente feliz, él sabe que éste es el momento para abandonar el texto que está analizando y para proceder por cuenta propia.
                                          Giogio Agamben