Subjetividad de la Época

Subjetividad de la Época
Ernesto Perez

"No hay otro tiempo que el que nos ha tocado"
Serrat
Significantes Amos que nos determinan. Que nos arrastran a una forma de gozar es decir de sufrir.
¿ideologías?: las ideas de la conciencia individual y del imaginario social,
¿los episteme?: conocimientos que los filósofos marcan como el filo de lo discontinuo en un período.
Mentalidades que la historia construye en un momento dado. Aquello que permanece y perdura en un tiempo y que conforman una época, del griego "epéchein": lo que continua, lo que persiste...

Pero " es verdaderamente contemporáneo, aquel que no coincide perfectamente con éste ni se adecua a sus pretensiones y es por ende, en ese sentido, inactual; pero justamente por eso, a partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es más capaz que los otros de percibir y aprehender su tiempo”. “Contemporáneo es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no sus luces, sino sus sombras. Todos los tiempos son, para quien experimenta su contemporaneidad, oscuros.” Giogio Agamben

Morir es un arte,
como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
Silvia Plath


martes, 2 de abril de 2013

EL AUTISTA Y SU MADRE

El niño golpeador

Voy a considerar a continuación algunas ideas de la relación entre el llamado autista y su madre.
Esta relación que ha sido calificada  de simbiótica  por la psicología tradicional presenta un rasgo muy característico, que se presenta por otra parte con mucha frecuencia en la clínica y que pone a esta relación en crisis: los niños autistas golpean a su  madre.                                  
Trataremos de hacer entendible este acto aparentemente irracional.
 
En primer lugar estas madres han suturado el objeto de su fantasma con su hijo, así este está capturado  en una relación topológica que calificaríamos de banda de Moebius, es decir que el niño es aspirado a identificarse en relación al discurso materno en un envés a veces absolutamente contradictorio. Y los limites de su cuerpo y la de su madre estan diluidos uno empieza donde termina el del otro y viceversa.
Esta  situación es pensada por el psicoanálisis desde Freud como lo que es un niño para una madre, a través de la muy conocida ecuación pene-niño, el infante está obligado a ocupar el lugar del falo en la madre, producto del complejo de castración en la mujer. Es decir la mujer como mujer es madre posible y de esta manera ya desde el vamos la maternidad viene a ocupar una salida para su complejo de castración. Lo particular de esta situación es que el pequeño esta sujeto a ser objeto de su capricho, ser objeto de un capricho sin el semblante falico que armoniza.
                                                      
Esta subjetividad no mediada por la metáfora Paterna es una subjetividad de la que podríamos decir que bordea lo siniestro, porque el niño se adapta y no se adapta en ese lugar, con todos lo efectos especulares de irrealidad, fragmentacion y transitivismo que se producen. Hay momentos de imposibilidad tanto para el niño como para su madre en lo que podríamos calificar de subjetividad invertida.

         En segundo lugar deberíamos argumentar en relación a lo que es un golpe, y especialmente un golpe dado en este tipo de relación donde lo simbólico está forcluído. Un golpe en estas circunstancias va desde lo real hacia lo simbólico, en donde el cuerpo imaginario hace de pantalla  como amor-odio imposible. Un golpe apunta a dejar una marca en el Otro, único camino para que se pueda abrir un corte en esta banda, y puedan emerger dos sujetos como sujetos del golpe, uno como víctima y otro como verdugo. Dos posiciones que sostienen los cuerpos, y marcan el intento de una diferenciación desesperada como imposible.

                  

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