Subjetividad de la Época

Subjetividad de la Época
Ernesto Perez

"No hay otro tiempo que el que nos ha tocado"
Serrat
Significantes Amos que nos determinan. Que nos arrastran a una forma de gozar es decir de sufrir.
¿ideologías?: las ideas de la conciencia individual y del imaginario social,
¿los episteme?: conocimientos que los filósofos marcan como el filo de lo discontinuo en un período.
Mentalidades que la historia construye en un momento dado. Aquello que permanece y perdura en un tiempo y que conforman una época, del griego "epéchein": lo que continua, lo que persiste...

Pero " es verdaderamente contemporáneo, aquel que no coincide perfectamente con éste ni se adecua a sus pretensiones y es por ende, en ese sentido, inactual; pero justamente por eso, a partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es más capaz que los otros de percibir y aprehender su tiempo”. “Contemporáneo es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no sus luces, sino sus sombras. Todos los tiempos son, para quien experimenta su contemporaneidad, oscuros.” Giogio Agamben

Morir es un arte,
como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
Silvia Plath


lunes, 20 de noviembre de 2017

El estatuto de la perversion hoy

  

                              Conversación con la Lic. Graciela Mosquera
                               Programa emitido el 14 de noviembre de 2017 por radio Arinfo

martes, 5 de septiembre de 2017

Sexuación: cambio de época y los cuatro discursos


“No es casualidad si las mujeres están menos encerradas que sus partenaires en el ciclo de los discursos. El hombre, el macho, lo viril, tal como lo conocemos, es una creación de discurso….no puede decirse lo mismo de la mujer. Sin embargo el dialogo es posible situándose en el discurso”

Es intención de estas líneas plantear el efecto de sexuación que los cuadrípedos de Lacan nos plantean. Sabemos que las escrituras de la sexuación van a ser desarrolladas por Lacan en los Seminarios XIX y XX, pero ya que se trata del campo del goce y del lazo social, sería importante definir cuál es la naturaleza del lazo que une a los sexos y cómo podemos entender el ser sexuado a partir de lo que se desprende de los cuatro discursos. Tanto lo que determina el discurso del amo antiguo, como el cambio de discurso que implica otros modos de la sexualidad.

Sujeto hombre y sujeto mujer en el discurso del patriarcado

 Lacan plantea que la posición masculina es la que se identifica con el Significante amo y hace semblante de amo. Mientras la posición femenina se identifica en el lugar del esclavo significante del saber, en el límite del conjunto vacío en el lugar del Otro[1].

El hombre se queda con los semblantes narcisísticos del S1, semblantes de todo ser, todo poder y todo gozar, tratando de representar el goce fálico que como el goce femenino están fuera de discurso. Por eso su goce es en fracaso dura lo que dura el goce del órgano sostenido fantasmáticamente en relación al plus de goce que le ofrece el esclavo.

El esclavo no quiere ser, ni tener, lo que desea es gozar de su saber hacer, en esto interviene todo su cuerpo. Imaginemos al agricultor con sus pies en el barro sabiendo sin saber, qué tierra, qué vientos, qué temperatura son convenientes para su producto. Un saber cómo goce en el cuerpo que no siempre es satisfactorio.

La mujer está ubicada por Lacan en este discurso en el lugar del esclavo, el lugar del goce como tal. Ella a través de su mascarada debe producirse como objeto plus para el fantasma masculino, a través de múltiples fetiches en su cuerpo que a lo largo de los tiempos han cautivado a los hombres. Pero ella, nos dice Lacan, además de objeto para el hombre, utilizando una bella metáfora: como flor hunde sus raíces en el goce Otro:

 “La mujer le permite al goce osar llevar la máscara de la repetición. Se presenta aquí como lo que es, como institución de la mascarada. Le enseña a su pequeño a pavonearse. Conduce hacia el plus de goce porque ella, la mujer, como la flor, sumerge sus raíces en el goce como tal”[2]

Es decir la mujer “como flor hunde sus raíces en el goce como tal”, alusión al goce femenino que queda fuera de discurso y solamente puede entrar en él como histérica o como esclavo.

El sujeto masculino deberá conformarse con sus semblantes de macho, de tener, identificaciones donde no queda nada de cuerpo y solo gozar de migajas del goce, como le llama Lacan al goce del plus de gozar. Esto si no es muy neurótico y puede aceptar su castración que como sabemos todo amo se niega ferozmente, y la histérica es la que se lo recuerda. En el caso de no aceptar la castración y no poder ubicarse como sujeto hay una barrera que impedirá esta posibilidad de goce y se agitarán fantasmas mortíferos.

                                                       “La barrera que está a nuestro alcance nombrar ahora mismo en el nivel del discurso del amo es el goce, simplemente en la medida en que está prohibido en su fundamento. Se toman migajas del goce, pero en cuanto ir hasta el final, ya les he dicho como se encarna eso, no es preciso volver a agitar fantasmas mortíferos”[3]

Por la vía de lo que Lacan llama fantasmas mortíferos es cómo podemos pensar la misoginia del hombre, que puede llegar al crimen en el discurso del amo, que como estamos viendo es el discurso del patriarcado

El neurótico obsesivo no puede ocupar el lugar del amo porque tiene una transferencia no resuelta con él. Cree en EL AMO con mayúsculas. Cree que el amo es todo gozar del falo a lo que él aspira, cree que el amo es el que hace gozar a la mujer, cuando sabemos que solo goza de su órgano en el fantasma, siempre que no sea un amo muy neurótico.

“El goce fálico es el obstáculo por el cual el hombre no llega, diría yo, a gozar del cuerpo de la mujer, precisamente porque de lo que goza es del goce del órgano”[4]

La neurosis histérica no puede gozar de su cuerpo como Otro, porque ella tiene una transferencia no analizada con la Otra mujer. Ella cree en LA MUJER, la mujer total, aquella que sabe cómo hacer gozar al hombre. Tanto el obsesivo como la histérica creen en la relación sexual que no existe. 

Por eso ella se presenta con su insatisfacción, reprimiendo el objeto plus de gozar y se dirige a su hombre para mandarle que le produzca ese saber de La mujer que no existe, desnudando a su vez la realidad del amo: que está castrado.

¡Ya no hay verdaderos hombres para ella! ¡No son más que semblantes! Es su queja de insatisfacción porque ella quiere un amo de verdad[5].

 Cambio de época y cambio de discurso

Lacan plantea un cambio de discurso que determina un cambio de época con todas las modificaciones que esto ha traído en los semblantes y en el modo de gozar, y la angustia y los nuevos síntomas que llamamos problemáticas clínicas contemporáneas.

En esta época pasamos del semblante de amo, S1, como dominante, al semblante del saber cómo dominante, S2. Esto implica un profundo cambio: el amo ahora es el saber, es un saber de amo. El esclavo fue despojado de su saber ancestral y ahora los que saben son los técnicos, los especialistas. Manda la estadística y el saber. Saber cerrado porque está preestablecido y hay que tomar por “evidencias científicas”. Y un saber de los derechos humanos que se instalan a partir de la revolución francesa y que implica un desplazamiento del padre rey.

Antes por ejemplo el padre sabía cómo manejarse como padre, lo mismo que la madre, era un saber heredado de generación en generación, que estaba como reserva inconciente de cada sujeto, hoy en día los padres deben hacer un curso o leer algún libro, no saben qué hacer con sus hijos, con todo el nuevo malestar contemporáneo que esto acarrea. Se cortó la relación con el saber inconciente ancestral. En el mejor de los casos los padres son buenos profesores de sus hijos, ya no sostienen y trasmiten la ley sino que al estar instalados en el discurso universitario se transforman en buenos educadores.

En el discurso del amo se sabía cocinar, comer, dormir, y estoy hablando de las funciones básicas. En la actualidad las mujeres y los hombres aprenden a cocinar por internet o en algún programa de televisión. Para saber comer bien hay que ir a un nutricionista. Y ya nadie sabe dormir, para saber si uno duerme bien hay que hacerse un electro sueño y es el especialista quien lo determina. Ya nadie aprende el oficio de su padre que a su vez lo aprendió de su abuelo, sino hay que hacer carrera: hay que ir a los jardines maternales, de infantes, preescolar, primario, universitario, posgrado, máster, doctorado y nunca se termina de estar en condiciones de ejercer, porque hay que saber más, actualizarse, en una palabra ser un universitario de por vida, nunca se alcanza una identificación S1 que sostiene al sujeto, más allá de los títulos que como vemos cada vez se necesitan más porque tienen menos valor. El S1 queda reprimido debajo de la barra en este discurso. Y de acuerdo en qué etapa de la vida ocurra este cambio de discurso tendremos distintas gravedad de patologías.

En el lugar del Otro tenemos el objeto a, que ahora se comporta como vacío, como nada de ser, mercancía pelada y la única posibilidad es llenarlo con distintos valores según estemos a la altura del aprendizaje o no. Hay una carrera para estar en la última expresión del saber. Una carrera que Lacan llama yocracia[6]. Hay una producción del sujeto dividido en este discurso que nos dice Lacan lo hacemos con el propio cuerpo, con el pellejo, lo cual provoca angustia, estrés, todo tipo de trastornos en el cuerpo como panic attack y a veces pasajes al acto, violencias tratando de conseguir de alguna forma la identidad de la que fueron vaciados[7]. El sujeto forcluído de lo simbólico intenta aparecer en lo real del cuerpo.

 Semblantes de la sexualidad en la época

Digamos que este cambio de discurso produce profundas modificaciones en lo que se refiere a ser hombre y mujer hoy y por lo tanto en la sexualidad.

El saber que fuimos aprendiendo y en el que vamos siendo educados es el de la igualdad entre el hombre y la mujer, en los derechos y las costumbres. Aparecen los estudios de género donde nos explican que no hay dos géneros sino una gama entre el polo hombre y el polo mujer que llamamos trans.

Los efectos de los movimientos feministas en lucha contra todo vestigio de machismo y la sociedad patriarcal son también una constante de la época.

Podemos constatar una decadencia del Nombre del Padre y con esto de la masculinidad. Hoy asistimos en este mix, a la construcción por el discurso de hombres light, hombres que se feminizan y toman actitudes que en el discurso del amo antiguo eran femeninos. En su aspecto personal y sus conductas.

Hay un culto del cuerpo para lograr ser exitosos. Aparecen nuevos ideales en este unisex que se impone. Esto puede lograr ser verdaderamente exitosos en relación a la evaluación a la que son sometidos los sujetos y se producen efectos maniacos por el narcisinismo en juego, o quedan como inhibidos sexuales deprimidos, que son los caídos del discurso.

Por esto ser bipolar es la moda. El enganche al discurso es flojo y hay para el narciso reinante buenas notas, malas y muy malas. Todos somos evaluados y evaluadores.

Las teorías de género invaden cada vez más nuestro lenguaje, en este sentido el género como semblante simbólico imaginario es la identificación a los significantes que el Otro de las instituciones aporta a este juego entre hombres y mujeres, instituciones dominadas por el discurso universitario. Aquí no importa la anatomía, ya que perfectamente un nacido varón biológicamente puede hacer de mujer y viceversa, con toda la gama de rasgos distintivos que van de un polo al otro según las culturas.

Así es como aparecieron las teorías Queer que deconstruyen toda identidad de género, no importa si se es hetero, homo o trans. En este sentido las teorías Qeer se acercan a la deconstrucción analítica donde toda identificación es puesta en cuestión, especialmente las identificaciones del semblante sexual. Los estudios Queer plantean que mantener identidades de género es caer en la misma trampa de la discriminación que se critica, ya que cada colectivo de la llamada diversidad de género, tratará de sostener su espacio con toda la autosegregación que esto provoca.

Para Paul Beatriz Preciado, una de las voces fundamentales de la Teoría Queer, este término trata de designar a un «movimiento post-identitario». En sus palabras se trata de “Una posición de crítica atenta a los procesos de exclusión y de marginalización que genera toda ficción identitaria, tanto dentro de sociedades heterosexuales como en la cultura gay”[8].

El psicoanálisis con sus teorías ha colaborado en este cambio de discurso al producir caída de los ideales y las identificaciones y darle la palabra a la mujer.

Con la decadencia del Padre, el fantasma y los semblantes ya no son tan fijos y esto da lugar a un cambio y variaciones en los modos de la sexualidad en los sujetos.

El “no hay relación sexual” lacaniano abre un hueco entre los sexos donde es posible más allá de la fijeza de la estructura del fantasma, acceder a otras maneras de gozar, que incluso pueden ser una invención. No hay práctica sexual fundamental, todas y de igual manera son modos de suplencia de la relación sexual que no existe.

¿Podríamos pensar que la época está llevando a momentos de caída de la identificación sexual, un pasaje por el No-Todo, y entonces el sujeto tendría la posibilidad de experimentar algo de ese Otro goce? ¿Una libertad entre goce y semblante que los hombres especialmente antes no tenían? ¿Una pragmática en la relación sexual donde cada cual podría inventar su modo de gozar?

Pero junto a estos cambios en la sexualidad que afecta a todo el lazo social en relación a la diversidad aparecen grupos conservadores del discurso del amo antiguo que son violentos, ultra religiosos, racistas y homofóbicos. No aceptan la diversidad, no aceptan estos otros modos de goce y junto con los grupos feministas y del colectivo LGTB, plantean una conflictiva que forma parte del malestar contemporáneo.

El psicoanálisis no es ajeno a estas corrientes, hay sectores de psicoanalistas que quieren sostener el nombre del padre y otros sectores que acompañan esta nueva era de derechos compartidos. Creo que la última enseñanza de Lacan nos plantea ir más allá del padre y entonces hacerse cargo de un goce absolutamente singular.
Ernesto Perez
Texto presentado en el XI Congreso Argentino de Salud Mental 31/09/17




[1]Lacan, J. (1990). Seminario XVII: “El envés del Psicoanálisis”. Bs. As., Arg. Editorial Paidós. Pág. 74
[1]Miller, J, A.(2003) La experiencia de lo real. As. As. Editorial Paidós. Pág. 241
Lacan, J. (2008). Seminario XVI:“De un Otro al otro”. Bs. As., Arg. Editorial Paidós. Pág. 41
[1]Ibidem. Pág. 58 y 59
 
[3]Ibidem. Pág. 114
[4]Lacan, J. (2008). Seminario XX: aún. Editorial Paidós. Pág. 15
[5]Ibidem. Pag. 137
[6]Lacan, J. (1990). Seminario XVII: “El envés del Psicoanálisis”. Bs. As., Arg. Editorial Paidós. Pág.66
[7]Ibidem. Pág. 111
[8]Beatriz Preciado. Manifiesto Contrasexual. Editorial Opera Prima. 2002. Madrid.

sábado, 19 de agosto de 2017

Subjetividad de la epoca

En la tiniebla del mundus: la serpiente podrida de la vida

"...la dialectica no es individual y la cuestión de la terminación del análisis es la del momento en que la satisfacción del sujeto encuentra cómo realizarse en la satisfacción de cada uno, es decir de todos aquellos con los que se asocia en la realización de una obra humana. Entre todas las que se proponen en el siglo, la obra del psicoanalista es tal vez la más alta porque opera en el como mediadora entre el hombre de la preocupacion y el sujeto del saber absoluto.

"Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes. Para las tinieblas del mundus alrededor de las cuales se enrolla la torre inmensa, que deje a la visión mística el cuidado de ver elevarse sobre un bosque eterno la serpiente podrida de la vida".
Jaques Lacan

Tomo estas dos citas de Lacan porque me parece que reflejan algo de lo que esta pasando en relación a la "violencia que ensordece la tierra" y que el llama aca en la tiniebla del mundo: la serpiente podrida de la vida.

Utilizando la dialéctica Hegeliana del desarrollo de la historia, Lacan plantea de entrada que esta no es individual y que implica un vínculo con los otros. Para la terminología que utiliza en el escrito Función y Campo de la Palabra es que a traves del otro, del semejante, hace su entrada el gran Otro que son las leyes del lenguaje que arrastran el deseo inconciente.
Plantea el fin del análisis como el final de un proceso dialéctico en una "obra humana", con todas las resonancias de producción de algo nuevo. En este sentido podríamos pensar una forma de sublimación pulsional. En la obra se realiza la satisfacción del sujeto, es decir en la misma, el sujeto lleva su deseo lo mas lejos posible en relación al deseo del Otro y es pacificante del malestar en la cultura.
Aquí plantea que todas las obras humanas tienen la misma dialéctica, la realización del deseo en relación al deseo del Otro, pero la obra del psicoanalista es la mas alta porque opera una mediación entre el hombre de la preocupación y aquí se refiere a Heidegger y su ser para la muerte, y el sujeto del saber absoluto y esta hablando nuevamente de Hegel tomando el punto de llegada de su dialéctica, es decir el saber absoluto. Es decir la obra del psicoanalista es llevada por su ser para la muerte alcanzando un saber absoluto, sabemos que ese saber para Lacan es absoluto no como ninguna totalidad sino por saber de la muerte y de la falla esencial de lo humano que el formaliza con S(A) tachado, marcando la castración del Otro.

 Propone que renuncie a ser psicoanalista quien no tenga en su horizonte la subjetividad de su época, es decir ese movimiento simbolico que lo arrastra en la obra de Babel, que lo arrastra al narcisismo siempre herido por ese deseo oscuro de ser Dios, hoy representado en el plus del dinero. Que sepa que lo arrastra es decir tome distancia simbólica para poder ser eje de tantas vidas.
Por eso habla de "mundus": esa unidad ontológica presente en todo Ser, la unidad última de Todo. Esa aspiración de totalidad que lleva al sacrificio.
 Que el analista sepa su funcion de interprete en esa discordia de los lenguajes, es decir interprete de lo que vemos como el odio y la violencia desatadas en el mundo en lucha por ese Dios.
Lo que se enrosca en esa piramide inmensa es la tiniebla del mundus cuando ve alzarse la serpiente podrida de la vida, y aca creo se refiere al pasaje bíblico donde comienza el caos después del pecado original y la expulsión del paraiso, y al huevo de la serpiente, es decir a la segregacion y el exterminio nazi, y a todo exterminio cada vez mas actual.
Pero no hay bosque eterno, no hay paraíso: como interpretar entonces esa serpiente mas alla de la mística? El pecado?
O como el goce podrido que lleva al sacrificio.

Ernesto Pérez

lunes, 14 de agosto de 2017

MOMENTO DE QUIEBRE: DESCARTES


 
Lo real es cifrado en distintos lugares. Ahora vamos a ver este tema. Pero quería señalarles esto: hay un momento de quiebre de lo que es ciencia y  lo que es religión, y es Descartes. Descartes, a través de su duda metódica y de su meditación filosófica cambia lo que era el oscurantismo de la época que llegaba hasta el medioevo, y un poco más también, 1700. Descartes es de 1500, o sea que hasta el 1500 la gente no se preguntaba nada, sobre la existencia de Dios y se daba por hecho. Descartes es el que empieza con sus famosas meditaciones. *Él dice que el método de él, es para él. Es interesante. No dice que es un método universal, él lo descubre a través de un sueño, que Lacan analizó por otra parte el sueño de Descartes, cómo llegar a la duda, la duda de todo. ‘¿Dios existe o no existe? ¿Yo existo o solamente estoy alucinando que soy? ¿Yo tengo manos o estoy soñando?’ Empieza a dudar de todo, de si existe el mundo, todas las “verdades” de la época pasan por la duda. Entonces llega un momento que no sabe nada. El significante, el pensamiento, lo que es del orden del significante es del orden del pensar, antes de Descartes, si lo representaba al sujeto ese pensar era en relación a Dios, Dios era el garante que daba sentido a todo lo que el sujeto podía pensar, una inmensa fábrica de sentido sobre la tierra, y que sigue siendo así. La religión es eso, dar sentido a lo que estaba antes de la vida, a lo que va a venir después de la vida, a lo que son las flores, a todo lo que ustedes quieran. Es una gran máquina de producir sentido. Descartes, como les decía recién, viene a poner en cuestión a Dios, lo tacha. Entonces la experiencia cartesiana, ¿qué es? pienso, el significante pienso, representa al sujeto para el ser. Por primera vez en la historia el ser se sostiene del propio pensar y no de Dios. Pienso, luego soy. Es un cruce entre el pensar y el ser.

Lacan lo va a hacer más complicado porque el cruce va a ser entre saber y  gozar. Eso goza y nada sabe, dice en el seminario 20.* Es otro cruce, otro cógito, el lacaniano. El cógito de Descartes es así: “pienso, luego soy”, pero ¿qué soy ahí donde pienso?, porque Descartes dice, se los voy a leer es muy interesante, dice: “es en el mismo momento de pensar, porque si yo pienso algo, ya es engañoso”. * Lo que Lacan le aplica a Descartes es lo que él venía trabajando como enunciado – enunciación. Entonces, pienso luego soy. Lacan le pone acá dos puntitos.
Pienso: luego soy

 La operación lacaniana es esta, ponerle dos puntitos al pienso, y después luego soy. Pienso, ¿qué pienso? que luego soy, es decir de pensar soy. Es el acto de pensar, sin importar el contenido del pensamiento

 Es el acto de pensar y por eso Lacan le agrega estos dos puntitos, porque si no uds. lo taponan, es decir uds. piensan su ser, que es lo que hace la ciencia.
La paradoja de Descartes es que por un lado abre una vía por la cual Freud podríamos decir que es cartesiano, dice Lacan. Porque el sujeto de la duda, que es un puro momento de enunciación, sin enunciado, porque apenas uno piensa hay que captar ahí algo que seguidamente se deslizó y ya no está. Porque apenas piensan algo, desaparece el instante en que uds. son pensantes, para decirlo de alguna manera. Lacan, podríamos decir que pone:

 El significante representa al $ sujeto  barrado ¿para qué?, para un agujero, para (a). O sea que la operación de Lacan la sostiene el “no ser”, no el “ser”. Descartes cierra la operación, la sutura dice Lacan, con el ser, que ahí es de donde se agarra la ciencia para hacer su desarrollo. Es decir, que uds. con el pensar pueden pensar el ser.

Descartes dice ‘pienso, luego soy’. Está en este juego qué soy, de puro pensar. Pasa por acá, por lo que Lacan sostiene, pero él dice ‘pero por ejemplo, si 3 + 3 es 6 eso va más allá de todo mi pensamiento’. Es un enunciado que ‘no es que yo lo piense, me viene así’. Entonces cuando él empieza a pensar la matemática, se pregunta ‘¿de dónde viene esto? ¿De dónde es que a mi pensar viene que siempre 2 + 2 es 4?’ Y así un montón de cosas. Dice ‘acá debe haber un Dios que no engaña a mi pensar’. Crea las condiciones de un universal científico. Esto también lo va a plantear Einstein cuando dice que Dios no juega a los dados.

Imaginemos que ustedes están haciendo un experimento de laboratorio hoy. Están trabajando con la rata y se van a dormir, y a la mañana siguiente siguen el experimento. Pero no se imaginan que en la noche Dios les cambió las condiciones del juego, y ya ustedes no pueden continuar. No se podría hacer ciencia si Dios jugara a los dados. Se supone que Dios mantiene todo en regla, que es universal, que es algo universal en las ratas, en los conejos, en lo que quieran que se estudie.


Entonces de acá viene  ¿qué?, un tema que se plantea Lacan, hay saber en lo real?  En las cosas hay un saber que es universal, que si acá llueve para abajo no voy a encontrar ningún lugar de la Tierra donde llueva para arriba, que es universal. Newton, la ley de gravitación es universal, si la piedra cae acá, cae en todos lados, y ¿cómo podemos decir que caiga en todos lados igual? Porque hay un saber en lo real, que es así, que las cosas en lo real funcionan con leyes, por eso saber, con leyes que organizan ese real.

Esta parte de la reflexión que viene de Descartes, vuelvo a repetirles, es tomada por el psicoanálisis. Porque cuando nosotros hablamos de sujeto supuesto saber, lo que hablamos es que hay saber en lo real. Por ejemplo, el inconciente es un saber decimos, es un saber que hay en lo real. Cuando ustedes agarran un sujeto y le empiezan a analizar su historia, aparecen cadenas, asociaciones donde el sujeto sabe ¿qué?, no sabemos qué pero ahí hay un saber que determina los síntomas, etc. O sea que en este sentido nosotros estamos haciendo una operación parecida a la de la ciencia, si quieren. Por eso Lacan nunca dejó de juntar, de problematizar la relación ciencia – psicoanálisis. De hecho dice, sin el descubrimiento de la ciencia no hubiera surgido el psicoanálisis, porque justamente el psicoanálisis lo que trata de hacer, si ustedes quieren, no una ley de lo universal, sino una ley de lo particular. 
Pero no es que si el psicoanálisis se queda con el sujeto supuesto, se queda con la verdad, es decir, se queda con el sujeto que la ciencia forcluye, sino caemos de nuevo en la religión. Esta es la posición de Lacan, la posición de Lacan es intermedia, ni ciencia, ni religión. No es una ciencia porque no es una ciencia de lo universal, pero sí sería una especie ciencia de lo particular. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que yo en cada uno, en cada sujeto voy a encontrar algo que es ley para él.

Hasta acá hay una cosa muy similar, si ustedes quieren, una duda que se llena con una serie de enunciados particulares con la novedad de dejar siempre abierta la pregunta y no forcluir el sujeto mismo.
Pero donde Lacan se empieza a diferenciar es cuando dice que no hay saber en lo real. Acá viene la otra parte del tema. Por eso lo que vamos a ver hoy es la primera parte, donde hay saber, habría un saber  inconciente. Igual siempre Lacan dejó abierta la puerta, de que no hay saber. Si no hay saber en lo real, imagínense que lo real tiene en su núcleo un caos. No hay ley. Habría un inconciente con ley y habría un inconciente sin ley. No hay saber en lo real, ¿qué quiere decir? que entre el hombre y la mujer no hay relación sexual. No hay manera de hacer una fórmula, una ley que diga cómo se tiene que acoplar el hombre con la mujer. Si la hubiera, lo estudiaríamos en biología como hacen los tipos con el perro y la perra y estaríamos diciendo que tal hormona, cuando llega a determinado nivel logra desencadenar la copula. Si hacemos eso estamos en el campo de la ciencia positivo conductista pero con un Dios que sostiene el experimento y forcluímos el sujeto que esta en juego.

ERNESTO PEREZ

miércoles, 24 de mayo de 2017

Religión y psicoanálisis:

En el nombre del Padre
(Religión del Padre)
En el nombre del Hijo
(Religión del hijo)
Y el espíritu santo?
(Ese indecible...
que circula?)

Amen

No se trata solamente
De creer en el inconciente
Una de las formas modernas
De creer en Dios
Y diagnosticar destinos!
Pues como se sabe
Dios es inconciente

Se trata probablemente
De su destitución
Momento traumático
(Padre no ves?
que estoy ardiendo)
Y en esa comunión
Tragar la nada!
Verificar lo abyecto

Comete tu ser ahí!
Herético!
 
Ernesto Perez

lunes, 8 de mayo de 2017

“¿qué es lo que puede un cuerpo?"

Deleuze insiste en que cualquiera que quede “en medio de Spinoza”, que sea arrastrado por su pensamiento, puede recibir de él un flash, una iluminación repentina, como le ocurrió al propio Nietzsche.
Uno puede descubrir que ya era spinozista, sin nunca haber leído Spinoza. ¿Pero qué sería descubrirse spinozista? Una ética, un anti-juicio: “usted ya no juzga... Alguien dice o hace algo; usted ya no relaciona eso con los valores. Más bien se pregunta:... ¿Cómo hay que ser para decir eso? ¿Qué manera de ser implica?
Usted busca los modos de existencia envueltos, y no los valores trascendentes... El punto de vista de una ética es: ¿de qué eres capaz? ¿qué puedes?”, para llegar al grito de Spinoza: “¿qué es lo que puede un cuerpo?” Preguntarse de qué experiencia se es capaz.


martes, 31 de enero de 2017

Magritte el telescopio


Afuera es de noche y yo me quedo en mi nube...



Afuera es noche cerrada?
O afuera es el día más hermoso que tiene una rajadura que no quiero ver?
Magritte  entreabre ese espacio. Un espacio donde el ojo quiere escudriñar la profundidad del negro de la pupila. 
Magritte se queda en su arte, su manera de pintar, de poner un velo al agujero de la noche. Una pintura que nos lleva a sentir ese límite donde la realidad, que tiene estructura de ficción fantasmática, se pierde, nos hace imaginar ese  imposible de pintar sin semblantes. Es una obstinación del artista que pone en evidencia en múltiples cuadros de ventanas.
Magritte está jugando con nuestra mirada. Todo es pintura. Velo sobre velo. La noche en realidad es agujero. Detrás del velo no hay nada.

La hoja derecha de la ventana nos muestra que es transparente porque en una esquina permite ver el marco de la ventana detrás. Esto nos hace suponer que la hoja izquierda también lo es. Entonces por la ventana entreabierta podemos ver un cielo con una franja de profunda oscuridad.
Es la nube pintada en la noche? que solo vemos por la transparencia de las dos hojas?  O un pedazo de noche que rompe la realidad del día?

La noche está pintada sobre el cielo que también está pintado. Las ventanas y el marco todo es pintura.

Magritte hace que nuestra mirada quede sorprendida en el sentido de la máscara y lo que cubre, que puede ser otra mascara y solo en un destello se perfila el vacio que horroriza.

"un cuadro que viene a situarse en el marco de una ventana. Técnica absurda, sin duda, si se trata de ver mejor lo que hay en el cuadro, pero no se trata de esto. Cualquiera sea el encanto de lo que que está pintado en la tela, se trata de no ver lo que se ve por la ventana" Lacan

Ernesto Perez

domingo, 29 de enero de 2017

A propósito de un poema de Samuel Beckett


ENTONCES AMANECIÓ

Redime lo que reemplaza a los adioses
La sábana de agua que navega en tu mano
A quienes nada tienen ya para la tierra
Y el espejo sin niebla encima de tus ojos.
                                                      Samuel Beckett

Este poema está escrito a raíz de la muerte de su padre acaecida en 1933. Lo que le causo al autor un gran desorden emocional y corporal por lo cual Beckett es asistido por Bion psicoanalista inglés, tenía 26 años. De esta época son sus primeros trabajos. El texto recién publicado el 10 de noviembre del 2008, pertenece a ese momento de profundas transformaciones personales. 

Me permito analizar este poema que siempre me gusto tal vez por lo enigmático

Redimir es librar del dolor, para el cristianismo librar de dolor a todo el género humano por el sacrificio de Cristo.

Librar del dolor que reemplaza el adiós. La perdida, el tiempo del que estamos hechos. La muerte del padre que lo deja solo ya que el se sostenía de esa mano frente a una madre justamente muy católica y que el aborrecía. Decía tener recuerdos catastróficos de su vida  prenatal y de su parto, y el haber nacido en viernes santo lo relacionaba con su vida de desasosiego y sufrimiento.

La sabana, se refiere al lienzo con la cual se secó, se calmó el dolor de Cristo y que forma parte de la redención.
¿A quienes redime esa sabana de mar en tu mano? a los que nada tienen en la tierra, a los que han perdido todo, la fe, la esperanza, el deseo de vivir. Beckett se encontraba así, sin lugar, y con una desesperación profunda. La mano es la mano del padre que lo sostenía y también a partir de aquí su propia mano de escritor

La sabana de mar navega en tu mano...¿una caricia es lo que calma tanto dolor?. Una caricia que viene con la letra escrita justo en el borde del tormento.
 



El último verso me parece el más significativo, porque mirarse en el espejo de tus ojos sin niebla, es ver sin el velo del fantasma que cubre el horror, ¿Es ver la mentira de la que estamos hechos?...
De allí el dolor y tal vez lo que lo calma.

Entonces, allí amaneció. Samuel Beckett encuentra la escritura. Una escritura del sinsentido y del absurdo esperando a Godot. Esperando en el hastío lo que nunca va a llegar.

Beckett le dice adiós definitivamente a encontrar un lugar en la tierra, le dice adiós a encontrar un sentido, una existencia marcada por el fracaso en su ser solo será posible de ser sobrellevada con su escritura. Una escritura que aspira a mejorar ese fracaso existencial una y otra vez. Por esta particularidad le hace decir a Lacan que salva el honor de la literatura.

Ernesto Perez