Subjetividad de la Época

Subjetividad de la Época
Ernesto Perez

"No hay otro tiempo que el que nos ha tocado"
Serrat
Significantes Amos que nos determinan. Que nos arrastran a una forma de gozar es decir de sufrir.
¿ideologías?: las ideas de la conciencia individual y del imaginario social,
¿los episteme?: conocimientos que los filósofos marcan como el filo de lo discontinuo en un período.
Mentalidades que la historia construye en un momento dado. Aquello que permanece y perdura en un tiempo y que conforman una época, del griego "epéchein": lo que continua, lo que persiste...

Pero " es verdaderamente contemporáneo, aquel que no coincide perfectamente con éste ni se adecua a sus pretensiones y es por ende, en ese sentido, inactual; pero justamente por eso, a partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es más capaz que los otros de percibir y aprehender su tiempo”. “Contemporáneo es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no sus luces, sino sus sombras. Todos los tiempos son, para quien experimenta su contemporaneidad, oscuros.” Giogio Agamben

Morir es un arte,
como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
Silvia Plath


lunes, 14 de agosto de 2017

MOMENTO DE QUIEBRE: DESCARTES


 
Lo real es cifrado en distintos lugares. Ahora vamos a ver este tema. Pero quería señalarles esto: hay un momento de quiebre de lo que es ciencia y  lo que es religión, y es Descartes. Descartes, a través de su duda metódica y de su meditación filosófica cambia lo que era el oscurantismo de la época que llegaba hasta el medioevo, y un poco más también, 1700. Descartes es de 1500, o sea que hasta el 1500 la gente no se preguntaba nada, sobre la existencia de Dios y se daba por hecho. Descartes es el que empieza con sus famosas meditaciones. *Él dice que el método de él, es para él. Es interesante. No dice que es un método universal, él lo descubre a través de un sueño, que Lacan analizó por otra parte el sueño de Descartes, cómo llegar a la duda, la duda de todo. ‘¿Dios existe o no existe? ¿Yo existo o solamente estoy alucinando que soy? ¿Yo tengo manos o estoy soñando?’ Empieza a dudar de todo, de si existe el mundo, todas las “verdades” de la época pasan por la duda. Entonces llega un momento que no sabe nada. El significante, el pensamiento, lo que es del orden del significante es del orden del pensar, antes de Descartes, si lo representaba al sujeto ese pensar era en relación a Dios, Dios era el garante que daba sentido a todo lo que el sujeto podía pensar, una inmensa fábrica de sentido sobre la tierra, y que sigue siendo así. La religión es eso, dar sentido a lo que estaba antes de la vida, a lo que va a venir después de la vida, a lo que son las flores, a todo lo que ustedes quieran. Es una gran máquina de producir sentido. Descartes, como les decía recién, viene a poner en cuestión a Dios, lo tacha. Entonces la experiencia cartesiana, ¿qué es? pienso, el significante pienso, representa al sujeto para el ser. Por primera vez en la historia el ser se sostiene del propio pensar y no de Dios. Pienso, luego soy. Es un cruce entre el pensar y el ser.

Lacan lo va a hacer más complicado porque el cruce va a ser entre saber y  gozar. Eso goza y nada sabe, dice en el seminario 20.* Es otro cruce, otro cógito, el lacaniano. El cógito de Descartes es así: “pienso, luego soy”, pero ¿qué soy ahí donde pienso?, porque Descartes dice, se los voy a leer es muy interesante, dice: “es en el mismo momento de pensar, porque si yo pienso algo, ya es engañoso”. * Lo que Lacan le aplica a Descartes es lo que él venía trabajando como enunciado – enunciación. Entonces, pienso luego soy. Lacan le pone acá dos puntitos.
Pienso: luego soy

 La operación lacaniana es esta, ponerle dos puntitos al pienso, y después luego soy. Pienso, ¿qué pienso? que luego soy, es decir de pensar soy. Es el acto de pensar, sin importar el contenido del pensamiento

 Es el acto de pensar y por eso Lacan le agrega estos dos puntitos, porque si no uds. lo taponan, es decir uds. piensan su ser, que es lo que hace la ciencia.
La paradoja de Descartes es que por un lado abre una vía por la cual Freud podríamos decir que es cartesiano, dice Lacan. Porque el sujeto de la duda, que es un puro momento de enunciación, sin enunciado, porque apenas uno piensa hay que captar ahí algo que seguidamente se deslizó y ya no está. Porque apenas piensan algo, desaparece el instante en que uds. son pensantes, para decirlo de alguna manera. Lacan, podríamos decir que pone:

 El significante representa al $ sujeto  barrado ¿para qué?, para un agujero, para (a). O sea que la operación de Lacan la sostiene el “no ser”, no el “ser”. Descartes cierra la operación, la sutura dice Lacan, con el ser, que ahí es de donde se agarra la ciencia para hacer su desarrollo. Es decir, que uds. con el pensar pueden pensar el ser.

Descartes dice ‘pienso, luego soy’. Está en este juego qué soy, de puro pensar. Pasa por acá, por lo que Lacan sostiene, pero él dice ‘pero por ejemplo, si 3 + 3 es 6 eso va más allá de todo mi pensamiento’. Es un enunciado que ‘no es que yo lo piense, me viene así’. Entonces cuando él empieza a pensar la matemática, se pregunta ‘¿de dónde viene esto? ¿De dónde es que a mi pensar viene que siempre 2 + 2 es 4?’ Y así un montón de cosas. Dice ‘acá debe haber un Dios que no engaña a mi pensar’. Crea las condiciones de un universal científico. Esto también lo va a plantear Einstein cuando dice que Dios no juega a los dados.

Imaginemos que ustedes están haciendo un experimento de laboratorio hoy. Están trabajando con la rata y se van a dormir, y a la mañana siguiente siguen el experimento. Pero no se imaginan que en la noche Dios les cambió las condiciones del juego, y ya ustedes no pueden continuar. No se podría hacer ciencia si Dios jugara a los dados. Se supone que Dios mantiene todo en regla, que es universal, que es algo universal en las ratas, en los conejos, en lo que quieran que se estudie.


Entonces de acá viene  ¿qué?, un tema que se plantea Lacan, hay saber en lo real?  En las cosas hay un saber que es universal, que si acá llueve para abajo no voy a encontrar ningún lugar de la Tierra donde llueva para arriba, que es universal. Newton, la ley de gravitación es universal, si la piedra cae acá, cae en todos lados, y ¿cómo podemos decir que caiga en todos lados igual? Porque hay un saber en lo real, que es así, que las cosas en lo real funcionan con leyes, por eso saber, con leyes que organizan ese real.

Esta parte de la reflexión que viene de Descartes, vuelvo a repetirles, es tomada por el psicoanálisis. Porque cuando nosotros hablamos de sujeto supuesto saber, lo que hablamos es que hay saber en lo real. Por ejemplo, el inconciente es un saber decimos, es un saber que hay en lo real. Cuando ustedes agarran un sujeto y le empiezan a analizar su historia, aparecen cadenas, asociaciones donde el sujeto sabe ¿qué?, no sabemos qué pero ahí hay un saber que determina los síntomas, etc. O sea que en este sentido nosotros estamos haciendo una operación parecida a la de la ciencia, si quieren. Por eso Lacan nunca dejó de juntar, de problematizar la relación ciencia – psicoanálisis. De hecho dice, sin el descubrimiento de la ciencia no hubiera surgido el psicoanálisis, porque justamente el psicoanálisis lo que trata de hacer, si ustedes quieren, no una ley de lo universal, sino una ley de lo particular. 
Pero no es que si el psicoanálisis se queda con el sujeto supuesto, se queda con la verdad, es decir, se queda con el sujeto que la ciencia forcluye, sino caemos de nuevo en la religión. Esta es la posición de Lacan, la posición de Lacan es intermedia, ni ciencia, ni religión. No es una ciencia porque no es una ciencia de lo universal, pero sí sería una especie ciencia de lo particular. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que yo en cada uno, en cada sujeto voy a encontrar algo que es ley para él.

Hasta acá hay una cosa muy similar, si ustedes quieren, una duda que se llena con una serie de enunciados particulares con la novedad de dejar siempre abierta la pregunta y no forcluir el sujeto mismo.
Pero donde Lacan se empieza a diferenciar es cuando dice que no hay saber en lo real. Acá viene la otra parte del tema. Por eso lo que vamos a ver hoy es la primera parte, donde hay saber, habría un saber  inconciente. Igual siempre Lacan dejó abierta la puerta, de que no hay saber. Si no hay saber en lo real, imagínense que lo real tiene en su núcleo un caos. No hay ley. Habría un inconciente con ley y habría un inconciente sin ley. No hay saber en lo real, ¿qué quiere decir? que entre el hombre y la mujer no hay relación sexual. No hay manera de hacer una fórmula, una ley que diga cómo se tiene que acoplar el hombre con la mujer. Si la hubiera, lo estudiaríamos en biología como hacen los tipos con el perro y la perra y estaríamos diciendo que tal hormona, cuando llega a determinado nivel logra desencadenar la copula. Si hacemos eso estamos en el campo de la ciencia positivo conductista pero con un Dios que sostiene el experimento y forcluímos el sujeto que esta en juego.

ERNESTO PEREZ

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