ENTONCES AMANECIÓ
Redime lo que reemplaza a los adioses
La sábana de agua que navega en tu mano
A quienes nada tienen ya para la tierra
Y el espejo sin niebla encima de tus ojos.
Samuel BeckettLa sábana de agua que navega en tu mano
A quienes nada tienen ya para la tierra
Y el espejo sin niebla encima de tus ojos.
Este poema está escrito a raíz de la muerte de su padre acaecida
en 1933. Lo que le causo al autor un gran desorden emocional y corporal por lo cual Beckett
es asistido por Bion psicoanalista inglés, tenía 26 años. De esta época son sus
primeros trabajos. El texto recién publicado el 10 de noviembre del 2008, pertenece a ese momento de profundas transformaciones personales.
Me permito analizar este poema que siempre me gusto tal vez por
lo enigmático
Redimir es librar del dolor, para el cristianismo librar de
dolor a todo el género humano por el sacrificio de Cristo.
Librar del dolor que reemplaza el adiós. La perdida, el tiempo
del que estamos hechos. La muerte del padre que lo deja solo ya que el se sostenía
de esa mano frente a una madre justamente muy católica y que el aborrecía. Decía
tener recuerdos catastróficos de su vida
prenatal y de su parto, y el haber nacido en viernes santo lo
relacionaba con su vida de desasosiego y sufrimiento.
La sabana, se refiere al lienzo con la cual se secó, se calmó el dolor de Cristo
y que forma parte de la redención.
¿A quienes redime esa sabana de mar en tu mano? a los que nada tienen en la tierra, a los que han perdido todo, la fe, la esperanza, el deseo de vivir. Beckett se encontraba así, sin lugar, y con una desesperación profunda. La mano es la mano del padre que lo sostenía y también a partir de aquí su propia mano de escritor
¿A quienes redime esa sabana de mar en tu mano? a los que nada tienen en la tierra, a los que han perdido todo, la fe, la esperanza, el deseo de vivir. Beckett se encontraba así, sin lugar, y con una desesperación profunda. La mano es la mano del padre que lo sostenía y también a partir de aquí su propia mano de escritor
La sabana de mar navega en tu mano...¿una caricia es lo que calma tanto dolor?. Una caricia que viene con la letra escrita
justo en el borde del tormento.
El último verso me parece el más significativo, porque mirarse
en el espejo de tus ojos sin niebla, es ver sin el velo del fantasma que cubre
el horror, ¿Es ver la mentira de la que estamos hechos?...
De allí el dolor y tal vez lo que lo calma.
De allí el dolor y tal vez lo que lo calma.
Entonces, allí amaneció. Samuel Beckett encuentra la escritura.
Una escritura del sinsentido y del absurdo esperando a Godot. Esperando en el
hastío lo que nunca va a llegar.
Beckett le dice adiós definitivamente a encontrar un lugar en la
tierra, le dice adiós a encontrar un sentido, una existencia marcada por el
fracaso en su ser solo será posible de ser sobrellevada con su escritura. Una escritura
que aspira a mejorar ese fracaso existencial una y otra vez. Por esta
particularidad le hace decir a Lacan que salva el honor de la literatura.
Ernesto Perez
Ernesto Perez

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