Subjetividad de la Época

Subjetividad de la Época
Ernesto Perez

"No hay otro tiempo que el que nos ha tocado"
Serrat
Significantes Amos que nos determinan. Que nos arrastran a una forma de gozar es decir de sufrir.
¿ideologías?: las ideas de la conciencia individual y del imaginario social,
¿los episteme?: conocimientos que los filósofos marcan como el filo de lo discontinuo en un período.
Mentalidades que la historia construye en un momento dado. Aquello que permanece y perdura en un tiempo y que conforman una época, del griego "epéchein": lo que continua, lo que persiste...

Pero " es verdaderamente contemporáneo, aquel que no coincide perfectamente con éste ni se adecua a sus pretensiones y es por ende, en ese sentido, inactual; pero justamente por eso, a partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es más capaz que los otros de percibir y aprehender su tiempo”. “Contemporáneo es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no sus luces, sino sus sombras. Todos los tiempos son, para quien experimenta su contemporaneidad, oscuros.” Giogio Agamben

Morir es un arte,
como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
Silvia Plath


jueves, 11 de julio de 2019

¿CLIMATERIO MASCULINO?


Qué cuántos años tengo?
-¡Qué importa eso !
 ¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.

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José Saramago

 LOS CAMBIOS BIOLOGICOS PUEDEN SER VIVIDOS COMO CATASTROFICOS O EL MOMENTO DE EMPEZAR A VIVIR DE OTRA MANERA

                                                                                                        

Mucho se ha hablado en el último tiempo del climaterio masculino, tratando de encontrar una etapa del hombre similar al de la mujer. Lo cierto es que en ambos sexos existen al respecto similitudes y grandes diferencias, cuando se piensa este período, de supuesta  declinación de la actividad sexual.
En principio es cierto que a una determinada edad se produce una disminución  hormonal tanto en la mujer como en el hombre,  en la mujer aparece un elemento visible en su experiencia, que es la menopausia (meno=mes pausia=cesación) cesación del período menstrual y por lo tanto de su período reproductivo, que acontece entre los 45-50 años.
En el hombre estos cambios no se hacen tan visibles biológicamente, pero están descriptos, entre los 50-55 años, disminución de la potencia eréctil y disfunciones urinarias prostáticas (andro=varón pausia=cesación), es la llamada anndropausia del macho, es decir, las arrugas en el cuerpo van señalando paulatinamente el paso del tiempo.
De todas formas estos cambios no deberían incidir en el comportamiento sexual puesto que la libido tanto para el hombre como para la mujer, se dispara independientemente de lo hormonal, el animal también tiene sexo pero para el humano el sexo es erotismo, porque esta arraigado en la cultura.
Por esto el deseo erótico esta ligado, desde la temprana infancia, a  fantasías conscientes e inconscientes y a huellas traumáticas de cada uno, y a la posibilidad o no de recrearlas o reprimirlas. Es decir que un hombre o una mujer de “cincuenta y pico”, pueden o no tener una actividad sexual satisfactoria de acuerdo a como puedan canalizar y reconocer sus deseos sexuales y vivirlos plenamente. Por eso la realidad es tan diferente de un individuo a otro.
Estudios estadísticos recientes indican que esta supuesta declinación es mas frecuente en la mujer que en el hombre, en las clases altas que en las bajas y en la raza blanca que en la negra. Lo cual debe hacernos pensar que las determinaciones culturales, sociales y económicas tienen mucha importancia, mas allá del inevitable proceso de deterioro, que como un reloj del cuerpo nos habla de nuestra finitud.
La mujer sabe del estigma social que significó este significante: “climaterio” hasta mediados del siglo que acaba de terminar. Significó, vejez prematura, disminución en su valoración y discriminación injustificada. Por lo cual considero imprescindible, no instalar el mismo estigma con respecto al hombre.
Lo más común es que a determinada edad la sociedad espera que las personas terminen de madurar, y dejen poco a poco el sexo para la juventud. Viejo verde, degenerado o vieja loca son en esos casos los calificativos más comunes.
La mujer educada para casarse y tener hijos como ideal puede encontrar en su menopausia un signo de decrepitud que la lleve a la depresión y la frigidez, al no poder separar sexo, familia y reproducción de manera satisfactoria.
En el hombre la disminución de la libido  se encuentra muchas veces relacionada con complejas situaciones de alienación, en una sociedad que espera que el macho sea potente en el sentido del éxito en la competitividad laboral y social pero luego, o le niega la posibilidad por falta de trabajo, o los descarta por conveniencias económicas.
Además es una época de la vida que coincide con la emancipación de los hijos, la muerte de los propios padres y el fin de las ilusiones adolescentes.
En estos casos los varones pueden tener angustia, depresión, culpa e impotencia, por no poder separar trabajo, éxito y sexualidad.
Es decir a determinada edad el hombre debe poder asumir los fracasos que esta sociedad carnívora le produjo: “Trabajé como un burro toda mi vida para tener un lugar y no tengo nada”. Momento de aceptar las ilusiones perdidas, de separar la “hombría” y la potencia de estas situaciones y de entender que la competencia puede ser un motor en la vida, pero llevada al extremo produce un resto que es el propio sujeto.
Estas  son las condiciones más comunes por las cuales el hombre siente que le llega la hora de la claudicación, mezcla de depresión, frustración y remordimientos que se tapan y se explican diciendo”: viejo, te llegó la hora”
“Es el turno de jubilarte y dejar paso a los jóvenes”.

Así se puede empezar a anudar un tema de dificultades laborales y sociales con una ideología del climaterio masculino que afecta su cuerpo, sus relaciones, su libido y en definitiva pone fin al sexo pero también a su imaginación.
Es el momento de dejar caer estas identificaciones mortales ya que un hombre o una mujer de edad avanzada siguen siendo un hombre y una mujer, no son abuelos en todo
Los especialistas pueden terminar de cerrar este circuito de enfermedad al certificar con un diagnostico de climaterio masculino, y relacionar  edad  disminución hormonal y las dificultades en las conductas sexuales, a veces recomendando viagra dejando de lado que son  síntomas emergentes de esta sociedad posmoderna y de conflictos que deben ser tratados en psicoterapia. El uso de viagra además funciona si existe el deseo sino se convierte en un factor peligroso ya que los consumidores deben tomar cada vez dosis más altas con el riesgo que esto trae y que está demostrado por la cantidad de casos fatales.
Podemos decir que es el momento donde se juega la posibilidad de que un hombre y una mujer puedan gozar mas alla del falo. Puesto que el goce del órgano a veces hace de obstáculo para gozar del cuerpo como tal. 
Una sociedad que enfrascada en el éxito y la eficacia económica va relegando cada vez mas a sus sujetos a ser solamente entes pasivos y consumidores a veces de tonterías, sin poder reflexionar minimamente en su existencia, y poder preguntarse: ¿qué buscamos?  ¿De que gozamos? ¿Cuáles son los prejuicios y las inhibiciones que tenemos? Y mucho menos reflexionar sobre estos anuncios de la vejez y la muerte que esta sociedad se niega obstinadamente a hacer entrar en el diálogo que forma parte de la vida.

                                                                                                                                                                                                    Dr. Ernesto Pérez



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