"La música, las matemáticas y el ajedrez son esencialmente actos dinámicos de localización. Se colocan fichas simbólicas en casilleros significativos. Las soluciones –se trate de una disonancia, una ecuación algebraica o una impasse posicional– se logran mediante el reagrupamiento o reordenamiento secuencial de las unidades individuales y el conjunto de unidades (notas, número, torres o peones). El niño prodigio, como un adulto, puede visualizar de manera instantánea y al mismo tiempo extraordinariamente segura cómo estarán las cosas luego de varias jugadas. Anticipa la lógica, el desarrollo armónico y melódico necesario si se trata de una relación de clave inicial o de los preludios de un movimiento. Conoce el orden, la dimensión exacta de la suma o la figura geométrica antes de dar los pasos intermedios. Predice el jaque mate en seis jugadas porque la victoriosa posición inicial, la configuración más eficiente de sus piezas en el tablero, se encuentra “allí” de cierto modo, clara y precisamente enfocada por su mente. En cada caso, el mecanismo cerebral-nervioso da un auténtico salto hacia el “espacio subsiguiente”. Es muy probable que se trate de una habilidad neurológica (estamos tentados de decir neuroquímica) extremadamente especializada y aislada del resto de las facultades mentales y fisiológicas, y capaz de desarrollarse con increíble rapidez. Cualquier estímulo casual –una melodía o progresión armónica que suena en la habitación de al lado, una lista de números en la vidriera de un negocio, la visión de las jugadas iniciales de una partida de ajedrez en un café– provoca una reacción en cadena en determinada zona de la mente. Y el resultado es una maravillosa monomanía."
George Steiner
Fragmento de “Muerte de reyes”, en Extraterritorial. Ensayos sobre literatura y la revolución del lenguaje (Ed. Adriana Hidalgo, trad. Edgardo Russo).
De que se trata este salto lógico?
Sostenemos que es un salto de la producción del sujeto de pasar de la intuición del conjunto vacío como Uno, a la abstracción del cero: el primer objeto no real dentro del pensamiento.
Tal como planteamos en un caso presentado como el Niño Cero en la Salida del autismo en colaboración con Rennier Rios psicoanalista venezolano:
http://www.elsigma.com/colaboraciones/la-salida-del-autismo-el-nino-cero/13498
El texto plantea que en la salida del autismo se muestran de forma ejemplar los mecanismos básicos de la constitución subjetiva tal como están planteados en la obra de Freud y de Lacan.
Hemos marcado la importancia lógica del juego del fort-da freudiano en el juego del carretel relacionado con el nacimiento del lenguaje.
Y también como Lacan completa estos desarrollos apelando a la lógica matemática de Frege y Cantor.
“El carrete no es la madre reducida a una pequeña bola por algún juego digno de jíbaros -es como un trocito del sujeto que se desprende pero sin dejar de ser bien suyo, pues sigue reteniéndolo. Esto da lugar para decir, a imitación de Aristóteles, que el hombre piensa con su objeto. Con su objeto salta el niño los linderos de su domino transformado en pozo y empieza su cantinela. Si el significante es en verdad la primera marca del sujeto, como no reconocer en este caso -por el sólo hecho de que el juego va acompañado por una de las primeras oposiciones en ser pronunciadas- que en el objeto al que esta oposición se aplica en acto, en el carrete, en él hemos de designar al sujeto, a este objeto daremos posteriormente su nombre de álgebra lacaniana: el a minúscula”.
Justamente estos casos son llamados por Steiner como monomanías. Señalando una capacidad especial, que el considera neuroquímica, pero que nosotros lo relacionamos con el juego donde junto con la constitución subjetiva el niño aprende los postulados básicos de la lógica que luego puede complejizar en forma eminente.
El escritor plantea con toda razón que hay un "reordenamiento secuencial de las unidades individuales y el conjunto de unidades (notas, número, torres o peones)". Es decir se trata de una complejidad adquirida sobre El Uno.
Si las unidades son las marcas que asignan el número “Uno” a los objetos en tanto han subsumido el objeto real:1-2-3.... Do re mi..., torre caballo alfil..., a cada cosa se le asigna el Uno. Se puede entender que la desaparición de la cosa y que ella aparezca como objeto en el pensamiento es en tanto Una cosa. Por tal motivo el Uno es el primer objeto real dentro del pensamiento. En cambio el Cero no remite a ninguna cosa, es la escritura de la falta de objeto y por lo tanto es el primer objeto no real dentro del pensamiento.
El sujeto en su constitución pasa del conjunto vacío al símbolo Cero, que es el primer objeto no real en el pensamiento y así cada cosa puede ser Una en su aparición y Cero en su ausencia.
Sabe de antemano, sinó reprime el cero que es lo más común, las casillas vacías a llenar.
Son sujetos en un punto no alcanzados por la represión primaria y pueden visualizar las casillas que son los conjuntos vacíos a llenar
Entonces, estos pequeños genios, (monomanías?) repiten una y otra vez cual es el significante que sigue y en que lugar tiene que acomodarse. Esto resulta absolutamente gozoso porque con cada movimiento del juego reafirma su razón de ser.
Ernesto Perez
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