Podemos empezar diciendo con Lacan (sem
10) que "solo el amor permite al goce condescender al deseo" es decir
pasar del sufrimiento.
En este sentido la transferencia es la
puerta posible de que algo real que lleva el síntoma y que se las arregla solo,
salvo por su relación con la angustia, pueda encontrar a través del tratamiento del
sentido de lo verdadero, si se cree en el inconciente, una nueva condición de goce más aceptable.
Hacer del inconciente real, como lo
plantea Lacan en el prefacio de la edición inglesa del sem 11, que no tiene relación
a ningún otro, un inconsciente transferencial es nuestra apuesta. Pero sabiendo
que del inconciente y sus efectos nadie se cura.
El analizante llega con una demanda de
cura, viene con su síntoma y su angustia. Está en el poder del analista alojar
esta demanda. Si esto ocurre si el analista logra alojar esa demanda y luego
sostenerla la transferencia está instalada.
Esto significa que algo que falta del
lado del analizante, este supone que el analista lo tiene y se lo puede dar.
Puesto que entra en juego la falta en el
saber, en el ser y en el gozar, el analista ocupara este lugar de Suposición de
saber de ser y de gozar.
El analista al alojar la falta de su
paciente se hace cargo de su angustia y entonces transitoriamente este se puede
sentir amado, cuidado y reconocido. A esto Colette Soler en su libro La repetición,
le llama enamoramiento primario.
Pero justamente esto es lo que no hay que
satisfacer para que haya trabajo del inconciente.
Porque
el solo hecho de hablar, en la asociación libre se moviliza la falta, y
hay repetición
El analista frustra la demanda y entonces
esta demanda de amor se hace radical. Así Lacan la nombra en la dirección de la
cura:
Por el intermediario de
la demanda, todo el pasado se entreabre hasta el fondo del fondo de la
primera infancia
No se trata que el analista no responda y quede mudo, pero no
responde en el mismo plano; Pasa del
plano de la demanda a abrir la dimensión deseante.
Hay una demanda de amor radical o cero como la nombra en el sem
10. Punto de goce de la repetición. Esto enmascara y señala el objeto pulsional,
y marca la modalidad amorosa que está en juego:
Hay pacientes que quieren ser reconocidos, otros que quieren ser
castigados, otros vigilados, contenidos, expulsados...en fin no hay un amor típico
hay amores de transferencia.
Mientras se van identificando los rasgos imaginarios y simbólicos
del Otro en cuestión, el objeto de la repetición muestra su fuerza imperativa,
re petición renovar la petición, en el fondo de la demanda de amor hay una
demanda pulsional.
No es (como dice J C
INDART en el amor y el deseo del analista) "mama por favor tenes la
amabilidad de darme un vaso de agua!" modalidad del amor en juego, sino
que el niño grita en forma imperativa "quiero agua!" o solo "¡agua!"
Como vemos empiezan a faltar las palabras para la urgencia subjetiva. Es que el
objeto no puede ser nombrado.
Es por la transferencia de amor que eso termina en la
identificación, o vía de la interpretación ese plano es atravesado y entonces
se nombra el rasgo del objeto pulsional y este goce cae, aunque siempre queda
un resto.
Así Lacan en el sem 11 dice que la
transferencia es la puesta en acto de la realidad sexual del inconciente. Se
refiere a la puesta en acto del fantasma.
Por eso en el transcurso de la cura con
cada vuelta de la interpretación va quedando un resto que construyen el
fantasma fundamental de cada analizante.
En este sentido la construcción de la
novela familiar es la construcción de los momentos decisivos de una historia,
donde ocurrieron los traumatismos de conmemoración y pérdida de goce.
Es la respuesta por pasar por el Deseo
del Otro (Deseo del Analista). Para que esto ocurra el analista debe retener esa
"nada" que es el objeto a, es decir no responder a la demanda en el
mismo plano( proposición del 9 de octubre en relación a Sócrates y su respuesta
a Alcibíades). Al retener la falta el analista da la negativa de su amor. Para
el analista el paciente no es lo que le falta a él. No debe serlo. Aquí merece
todo un tema la cuestión del dinero que reduce toda demanda de amor a cero. También
juega su papel las necesidades económicas del analista que dificultan esta
posición.
Si esto se sostiene , esa frustración
despliega la demanda y al hacerlo lo que el amor oculta que es el objeto de
goce.
Así el analista entra en la historia como
Otro primero, como comodín donde se reeditan viejos amores frustrados y también
como objeto.
Se hacen presentes los significantes amos
de los ideales del sujeto, pero también los rasgos del objeto pulsional de su
demanda inconciente.
El atravesamiento del fantasma, que
Colette Soler llama atravesamiento del amor, deja huellas del lado de la identificación
y del lado del goce pulsional.
Es lo que ocurre en la travesía de todo
amor cuando termina, y en general quedan
marcas de dolor. Solo que en el análisis suponemos una caída de las
identificaciones y una modificación de las condiciones de goce, es decir un
cambio en la posición subjetiva en cuanto a los ideales y a los objetos de la pulsión.
Pero hay que decir que en este atravesamiento
hay satisfacciones difíciles de romper. Persistencia de los objetos
pulsionales.
Es que en ultimo termino la demanda está
unida a la pulsión en su estructura, e
implica un recorte en el cuerpo y no tiene respuesta del lado simbólico.
La pulsión exige el goce. Este imposible,
este goce sin mediación puede eternizar la transferencia y "hacerse mirar,
hacerse oír, hacerse cagar, hacerse comer" puede hacer los tratamientos
sin final, y el paciente no viene a cortar ningún goce sino que ha tomado a su
analista como objeto y solo venir para su satisfacción pulsional. El analista
queda reducido a objeto pulsional y esto lejos de traer angustia formar parte
de su estabilidad emocional.
Aquí es donde cortar introduce el duelo.
Un duelo del objeto si al irse el analizante deja su objeto o solo un duelo de
la persona del analista si se lleva su objeto. Momentos cruciales de un análisis
donde es fundamental el manejo de la angustia.
Podemos decir que en el comienzo de la
cura el problema del analista es como hacer para hacer que el paciente
"caiga en sus redes" como dice Lacan en el sem 10, y al final del análisis
como hacer para cortar el vinculo.
Porque el tema es si se va con su demanda
a otro lado y vuelve a su sufrimiento, o puede arreglárselas solo con su manera
de gozar y hacer de esto su invento personal que lo sostenga con dignidad en su
vida.
"En
el recurso, que nosotros preservamos, del sujeto al sujeto, el psicoanálisis
puede acompañar al paciente hasta el límite extático del "Tú eres
eso", donde se le revela la cifra de su destino mortal, pero no esta
en nuestro solo poder de practicantes el conducirlo hasta ese momento en que
empieza su verdadero viaje"
Ernesto Perez
Presentación
realizada en las jornadas de Centro Dos el 1/12/18