Subjetividad de la Época

Subjetividad de la Época
Ernesto Perez

"No hay otro tiempo que el que nos ha tocado"
Serrat
Significantes Amos que nos determinan. Que nos arrastran a una forma de gozar es decir de sufrir.
¿ideologías?: las ideas de la conciencia individual y del imaginario social,
¿los episteme?: conocimientos que los filósofos marcan como el filo de lo discontinuo en un período.
Mentalidades que la historia construye en un momento dado. Aquello que permanece y perdura en un tiempo y que conforman una época, del griego "epéchein": lo que continua, lo que persiste...

Pero " es verdaderamente contemporáneo, aquel que no coincide perfectamente con éste ni se adecua a sus pretensiones y es por ende, en ese sentido, inactual; pero justamente por eso, a partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es más capaz que los otros de percibir y aprehender su tiempo”. “Contemporáneo es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo, para percibir no sus luces, sino sus sombras. Todos los tiempos son, para quien experimenta su contemporaneidad, oscuros.” Giogio Agamben

Morir es un arte,
como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
Silvia Plath


sábado, 22 de octubre de 2016

ADICCIONES


                             Algunas puntuaciones que orientan la clínica

                                                           Ernesto Perez

                                                                          “Escribir no significa convertir lo real en palabras

                                                                            Sino hacer que la palabra sea real."

                                                                            Augusto Roa Bastos

Punto 1: El síntoma medico (lo objetivo) se diferencia del síntoma para el psicoanálisis (lo subjetivo)
El cuerpo habla a través del síntoma en este sentido es un signo a descifrar con su cara significante y su cara de significado.

El síntoma es un signo que remite a dos clínicas diferentes, la clínica de la mirada y la clínica de la escucha. En el primer caso se trata de un síntoma como lo que significa “algo” para la mirada médica, ese algo representa un referente orgánico corporal. Por ejemplo ictericia significa alguna patología hepática. Se trata de la profundidad de la mirada médica para escudriñar todos los signos que revela ese cuerpo, hoy en día esa profundidad de la mirada esta ampliada por la tecnología que permite ver lo que antes no se podía ver más que en la anatomía patológica: RX, ecografías, tomografías, resonancias magnéticas, con o sin contraste y las endoscopias etc. Clínica de la mirada clínica de un significante que remite a su referente corporal

La otra clínica, la clínica que se desprende de los desarrollos del psicoanálisis es una clínica de la escucha, entonces los significantes representan a un sujeto, el sujeto de la enunciación, el síntoma dicho en la voz del sufriente. Se abre todo el campo de subjetividad humana. El síntoma representa al sujeto para una serie de significantes reprimidos inconcientes que habrá que descifrar. Acá no hay referente sino una fijación traumática inconciente.
Lo que ocurre es que el síntoma siempre tiene las dos dimensiones una referencia corporal y un sujeto que tiene una historia. Conviene escuchar al que sufre y no suponer inmediatamente un referente aunque sea de los neurotransmisores a nivel cerebral, medicar con ansiolíticos y taponar de esta forma la verdad inconciente que está en juego. 

Punto 2: Plantear el problema de la angustia y las patologías del acto
Otro problema a plantear es que muchas veces nos encontramos con síntomas que no remiten en principio a ninguna historia inconciente. La angustia no tiene representación, surge directamente del trauma, pero de lo traumático no elaborado simbólicamente. Por eso Freud habla de síntoma como formación del inconciente y algo que definía como el ello y era el receptáculo de la pulsión de muerte. De allí tenemos la angustia, un agujero en la simbolización allí donde el sujeto se enfrenta a lo que no tiene palabras. Muchas veces esta angustia es tramitada a través de actos patológicos, intentos de suicidio, agresión, y muchas otras salidas donde la droga puede estar en juego. Habría que distinguir en este sentido lo que llamamos acting del pasaje al acto.

El acting es un grito desesperado al Otro, es una puesta en escena que tiene un destinatario, muchas veces la familia, o a veces la sociedad entera cuando de lo que se trata es el robo o la agresión de aquellos excluidos de lo social.
El pasaje al acto es una caída del sujeto de toda posibilidad de conciencia de sí. Es un hueco en el pensar, el sujeto puede cometer actos de los que no tiene ninguna conciencia y por lo tanto son más peligrosos para sí o para terceros. Son los casos más frecuentes donde se recurre a la internación.

Punto 3: Serie complementaria freudiana para la formación de síntomas...lo traumático
Tenemos un trauma infantil reprimido que al encontrarse con otro trauma lo actualiza y allí surge lo sintomático. El trauma infantil reprimido es la consecuencia de los factores heredados, más las fijaciones infantiles producto de escenas sexuales, escenas de abandono, de muerte, etc. Se necesitan dos traumas para que el síntoma en el sentido subjetivo se forme.

Punto 4: La toxicomanía como síntoma
La toxicomanía puede ser síntoma de una estructura clínica o puede ser efecto de un acting o pasaje al acto. En el primer caso tiene que ver con lo inconciente del sujeto, en el segundo de angustia insoportable que se tramita con la droga.

Puede ser por lo tanto síntoma de una neurosis, una psicosis o una perversión, para citar las tres estructuras que plantea Freud. Síntoma de una estructura neurótica histérica, obsesiva o fóbica, o síntoma de una psicosis esquizofrénica o paranoide.
Si se trata de una neurosis obsesiva, la compulsión es una forma de la adicción, la compulsión mental en esta enfermedad de no poder dejar de pensar en determinadas cosas, y la compulsión en la conducta como puede ser comer, jugar con la computadora y también drogarse y no poder parar. Muchas veces la droga está asociada a conductas compulsivas pero a veces es usada para tratar de calmar la compulsión ideatoria mental y a veces estas dos alternativas están mezcladas.

En la histeria, se trata de una identificación al objeto del deseo del Otro, que puede ser un amigo, Son aquellos adolecentes que fuman porque todos lo hacen y es un empuje irresistible y contagioso.
En la fobia tenemos la droga como objeto fetiche, como objeto contra fóbico. El miedo a encontrarse con el otro sexo hace que se recurra a un trago, a un porro o a la cocaína.

En la Psicosis tenemos la droga como suplencia es decir es la droga lo que produce cierta estabilización del cuadro y el sujeto encuentra cierto lazo social. Esto plantea todo tipo de problemas en el tratamiento porque son casos llamados duales, donde nunca sabemos si es una adicción que llevo a la psicosis o al revés.
En las perversiones como parte del acto sexual, donde se trata de distintas fantasías que se pueden poner en juego con esa excusa.

 Punto 5: Estar alojado en el deseo del Otro o quedar afuera
Esto es importante para plantearnos cuestiones fundamentales del pasaje al acto o el acting. El sujeto es sujeto porque estuvo y está alojado en el deseo del Otro, en principio del primer Otro que es la madre y luego los distintos otros de su vida. Deseo ser deseado por el otro porque sino no soy. Aquí surge la cuestión de pensar que aquellos sujetos que no fueron deseados tengan tantas dificultades de insertarse en el lazo social y la droga se presenta como salida autodestructiva.

Hay una relación entre exclusión social, marginalidad, desenganches del deseo del Otro y distintas salidas dentro de las cuales está la droga y los acting a veces asociados como el robo etc.
Pero también es un fenómeno que se da en todas las clases sociales, así en el tema adicción vemos al chico rico yendo a la villa a comprar “la merca”, donde muchas veces le roban todo pero vuelve con la droga, mientras sus padres están en importantes reuniones de trabajo y luego tienen que ir a buscarlo a la policía.

Punto 6: El médico y las psicologías cognitivas pensando en un referente cerebral al nivel de los neurotransmisores se proponen una medicación adecuada y un reaprendizaje de la realidad del adicto, desconociendo los factores inconcientes y sociales que están siempre presentes.
Allí aparecen planes de internación compulsiva con sistemas muy rígidos de convivencia, que al no tener en cuenta la subjetividad que está en juego hacen muy difícil el pronóstico. Proponemos orientarnos por pensar síntoma y estructura porque la maniobra terapéutica será caso por caso.

Punto 7: Estamos viviendo un cambio de época que implica un cambio en la subjetividad. Una época donde se comprueba la caída de los ideales, el padre ya no sostiene la ley, en el mejor de los casos es un buen profesor de cómo manejarse en la vida, impera el individualismo y el exitismo y los jóvenes tienen cada vez más dificultades en encontrar su lugar.  Esta sociedad capitalista y neoliberal promueve la segregación social y al mismo tiempo distribuye droga como parte de un gran negocio.
Punto 8: Actitud del terapeuta: ¿puesta de límites?, ¿reforzar el yo?, ¿interpretar? , o la autenticidad del acto analítico: alojar al sujeto en el Otro como comienzo de un cambio.

 “...es que al fin todo sufrimiento es sólo sensación, no subsiste sino mientras lo sentimos, y sólo sentimos a consecuencia de ciertos dispositivos de nuestro organismo. El método más tosco, pero también más eficaz, para obtener ese influjo es el químico: la intoxicación”
 Sigmund Freud
Malestar en la cultura

                                                                                                  Ernesto Pérez
                                                                                     Psiquiatra y Psicoanalista
                                                                                erperezpromenzio@gmail.com