Vamos a tratar de plantear en forma esquemática, como un fenómeno observado por Freud en 1920, el juego del Fort-Da, puede ser tomado en la experiencia clínica con niños como un concepto orientador, tanto por su valor diagnóstico, como por su valor de orientación terapéutica.
Freud, observando a su nieto de año y medio de edad, comprendió que ante el vacío que había dejado su madre al irse, en vez de angustiarse, había reemplazado ese momento traumático con un juego sencillo y placentero.Un juego que realizaba con un carretel que arrojaba y atraía hacia él, pronunciando dos fonemas ooo y aaa que podrían leerse como Fort (¡se fue!) y Da (¡aquí está!)
Este fenómeno, clásico ya, es retrabajado por Jaques Lacan en varias oportunidades, observando en el, el núcleo primario de la simbolización, por la cual el sujeto es sujetado por el lenguaje en su nacimiento como sujeto.
Además lo relaciona que es por su ligazón con un pequeño primer objeto con el cual el niño comienza a armar su mundo
Pensamos que en las patologías graves de la infancia (psicosis infantil, autismo, trastornos graves de la personalidad) podemos orientarnos clasificando estos cuadros desde un punto de vista dinámico, en relación a su ubicación en relación a ese momento estructurante:
1)Patologías previas al Fort-Da
2)Patologías del Fort-Da
3)Patologías post Fort-Da.
Por supuesto que este juego va a tener distintas formas de presentarse en las distintas experiencias lúdicas: Niños que juegan con la aparición y desaparición de distinto tipo de objetos, (¡Ta-No Ta!), Otros que juegan incansablemente a hacer desaparecer el agua en la bañera, o a tirar reiteradamente una pequeña bola por un terraplén, etc.
Esto puede o no estar acompañado por la emisión fonemática y esto tiene su importancia.
Son patologías pre-Fort-Da aquellas que siendo las mas graves nos muestran a un sujeto previo a toda incidencia del símbolo y a la fijación de la atención en ningún objeto.
Podemos orientarnos ubicando el momento y la ocasión en la que el niño inviste libidinalmente “algo”.
Son patologías del Fort-Da aquellas en las que el sujeto está fascinado en una experiencia con el símbolo, donde algún objeto ha capturado su interés con o sin emisión fonemática, pero que implica otra posición en relación al estadio anterior.
Por último llamaremos patologías Post-Fort-Da a aquellas menos graves, donde el niño ha superado ese pequeño juego y lo ha complejizado o está en condiciones de hacerlo, porque ha entrado de lleno en la dimensión del intercambio, a construido al Otro y ha aceptado reglas de intercambio.
Pensamos que este simple esquema es muy útil porque es fuerte conceptualmente: Puede orientar el diagnostico, los tratamientos y servir como un elemento de comunicación entre los profesionales de la salud mental.
Freud, observando a su nieto de año y medio de edad, comprendió que ante el vacío que había dejado su madre al irse, en vez de angustiarse, había reemplazado ese momento traumático con un juego sencillo y placentero.Un juego que realizaba con un carretel que arrojaba y atraía hacia él, pronunciando dos fonemas ooo y aaa que podrían leerse como Fort (¡se fue!) y Da (¡aquí está!)
Este fenómeno, clásico ya, es retrabajado por Jaques Lacan en varias oportunidades, observando en el, el núcleo primario de la simbolización, por la cual el sujeto es sujetado por el lenguaje en su nacimiento como sujeto.
Además lo relaciona que es por su ligazón con un pequeño primer objeto con el cual el niño comienza a armar su mundo
Pensamos que en las patologías graves de la infancia (psicosis infantil, autismo, trastornos graves de la personalidad) podemos orientarnos clasificando estos cuadros desde un punto de vista dinámico, en relación a su ubicación en relación a ese momento estructurante:
1)Patologías previas al Fort-Da
2)Patologías del Fort-Da
3)Patologías post Fort-Da.
Por supuesto que este juego va a tener distintas formas de presentarse en las distintas experiencias lúdicas: Niños que juegan con la aparición y desaparición de distinto tipo de objetos, (¡Ta-No Ta!), Otros que juegan incansablemente a hacer desaparecer el agua en la bañera, o a tirar reiteradamente una pequeña bola por un terraplén, etc.
Esto puede o no estar acompañado por la emisión fonemática y esto tiene su importancia.
Son patologías pre-Fort-Da aquellas que siendo las mas graves nos muestran a un sujeto previo a toda incidencia del símbolo y a la fijación de la atención en ningún objeto.
Podemos orientarnos ubicando el momento y la ocasión en la que el niño inviste libidinalmente “algo”.
Son patologías del Fort-Da aquellas en las que el sujeto está fascinado en una experiencia con el símbolo, donde algún objeto ha capturado su interés con o sin emisión fonemática, pero que implica otra posición en relación al estadio anterior.
Por último llamaremos patologías Post-Fort-Da a aquellas menos graves, donde el niño ha superado ese pequeño juego y lo ha complejizado o está en condiciones de hacerlo, porque ha entrado de lleno en la dimensión del intercambio, a construido al Otro y ha aceptado reglas de intercambio.
Pensamos que este simple esquema es muy útil porque es fuerte conceptualmente: Puede orientar el diagnostico, los tratamientos y servir como un elemento de comunicación entre los profesionales de la salud mental.
Ernesto Perez
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